el señor está plácidamente acomodado en el sillón, viendo la televisión. la señora está en la cocina, preparando el almuerzo, haciendo un pastel, sacando jugo a unas naranjas y respirando. llueve. llueve más fuerte. llueve y la señora le dice al señor que debería limpiar el canal porque está lleno de hojas secas y podridas, las cuales provienen del árbol del vecino. el señor queda cinco minutos pensando en las posibles excusas para no hacer dicha actividad (porque él está cómodo viendo el partido) y encuentra que todas conllevarían a una terrible discusión. llueve tupido y gris. entonces el señor corre a buscar la escalera de madera, y descubre que la escalera de madera está rota y oh, qué hastío. busca la escalera de metal, la pesada, y sube apresuradamente. se lleva una escoba vieja y una bolsa negra. con mucho esfuerzo limpia la mitad del canal metálico y el agua lluvia corre tranquilamente. llueve fuerte. el señor corre hacia el otro lado del canal y lo limpia en un santiamén. no llueve. la señora, que recién acaba el almuerzo, ve al señor entrar empapado, enlodado y lleno de hojas podridas en la cara. el señor comprende ahora que la terrible discusión de antes, se ha transformado ahora en una monumental discusión.
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