Seleccione la
estación de su preferencia de entre las 195 que operan seguro habrá alguna
cerca de su casa o lugar de trabajo o de interés.
El nivel de
dificultad de esta labor se debe a diversas situaciones: la hora, el lugar y la
fecha, así como a la audacia del pasajero.
Por cuestiones
prácticas en este caso veremos la estación Zócalo de la Línea dos del STCM
(Sistema de Transporte Colectivo Metro) la cual en sus veinticuatro estaciones
que van desde Cuatro Caminos hasta Tasqueña recorre casi veintiún kilómetros
cruzando por la zona centro de la ciudad.
Dentro de la estación,
que en este caso es subterránea, existen dos andenes que corresponden al tren
seleccionado respecto al rumbo al que se dirige uno, en este caso Dirección
Cuatro Caminos y el otro Dirección Tasqueña; elija la que mejor le convenga.
El tren cuenta con 9
vagones articulados e interconectados en el clásico y emblemático color naranja con su
parte baja en gris mate. En los extremos de esta gran serpiente
subterránea se encuentran las cabinas de los conductores que siempre van
mirando de frente el destino al que se dirigen, estas cabinas por supuesto no
pueden ser bordadas por ningún usuario, sin embargo no falta el vivo o atrevido
que logra entrar y viajar cómodamente hasta que un oficial de policía lo
desaloja.
La hora pico en la
Ciudad de México es un tanto difusa, debido a que en el área metropolitana que
incluye al Estado de México y a la Ciudad de México habitamos más de veintiún millones de
personas y el STCM transporta a cuatro millones cuatrocientos siete mil
ochocientos cincuenta usuarios diariamente, todas ellas viviendo y moviéndose en
la pequeña cuenca en la que estamos y que alguna vez fue lago, sin embargo
podemos definir la hora de 7:00 a 9:00 hrs. y de 16:00 a 21:00 hrs,
coincidiendo los horarios con las horas de entrada y salida de trabajos y
escuelas, actividades importantísimas en la ciudad en la que o haces una cosa o
la otra o ambas, pero no hacer ninguna sin duda mal visto por los que hacen
alguna actividad.
Le recomiendo elegir
el horario de la mañana, donde la gente a pesar de ser mucha, aún huele a
recién bañada, a jabón y champú y a veces hasta van de buen humor, aunque no
faltará al que ya se le ha hecho tarde para llegar a su destino y viaja con el
cabello alborotado, los ojos llenos de legañas embarradas, usa aún el aliento
de ayer y además todo le parece muy lento e insuficiente.
Una vez elegido el
andén, notará que en el suelo hay una serie de ladrillos de color amarillo
brillante insertados en el mismo, acomodados uno junto al otro formando una larga
línea que va de extremo a extremo del andén, ésta línea mi estimado lector es
la “Línea de seguridad” que nos avisa que estamos a escasos treinta centímetros
del tren y unos cuantos más de las vías. Seguro ya ha notado que muchas
personas rebasan ésta línea indiscriminadamente, y esto es quizá por la prisa
que llevan por entrar antes que el usuario que se encuentra detrás esperando lo
mismo: un asiento dentro del vagón. Usted puede elegir colocarse a la altura de
los experimentados temerarios que harán lo que sea por un asiento o esperar a
que ellos entren y después ingresar con más tranquilidad y menos espacio.
Se recomienda llegar
con tiempo a la estación ya que los trenes suelen no ser puntuales a ninguna
hora y en ocasiones habrá tanta gente dentro de los vagones que deberá dejar pasar algunos trenes antes de poder abordar.
Cabe mencionar que esto rara vez sucede fuera de la hora pico.
En el andén parece
con las piernas firmes pero suaves, aterrizadas y flexibles, colóquelas en V
invertida para evitar caerse a pesar de algún posible empujón, evite usar
calzado descubierto por aquello de los pisotones, cuide sus pertenencias
personales y de valor de los “carteros”
(ladrones especialistas en robar carteras y monederos sin violencia, haciendo
uso de su astucia y entrenamiento con maniquíes vestidos con ropa incrustada
con cascabeles que delatan al aprendiz).
Cuando vea o escuche
el tren venir por su lado izquierdo
sentirá como la gente a su alrededor comienza a acercarse al tren que aún no
llega, se están preparando, prepárese usted también, tome la postura de piernas
que le mencioné y afloje un poco el torso por si alguien que va a salir del
tren le avienta o alguien que quiere entrar también lo hace, lo más seguro es
que ambos lo hagan, los empujones pueden llegar de cualquier lado y sujeto,
inclusive niños, mujeres y ancianos.
Cuando el tren se
detiene frente a usted tiene de dos a tres segundos antes de que se abran las
puertas para visualizar el lugar donde se acomodará, puede elegir de entre un
asiento, pasillo, cerca de la puerta donde va a entrar o más cerca de la puerta
que queda paralela a su entrada o en medio de todo o inclusive podría no haber
nada de espacio y no poder entrar; en ése mismo tiempo antes de que las puertas
se abran también podrá ver la cantidad de pasajeros que pudieran bajar y según
la expresión en su cara la urgencia con
la que lo harán, además de que al igual que afuera como si la puerta fuese un
espejo verá como todos se compactan frente a la misma.
Lo ideal sería que
antes de abordar el tren permitiera salir a sus ocupantes, ya que resulta
ilógico y muy poco práctico hacer lo contrario, sin embargo no se sorprenda, si
sucede lo contrario ya que pasa a menudo.
Una vez abierta la
puerta del tren entre lo antes posible, ya que en el peor de los casos tendrá
únicamente diez segundos para dejar salir y entrar antes que la puerta se
cierre nuevamente y el tren avance, y en el mejor de los casos tendrá hasta cinco minutos antes que el tren cierre
sus puertas y se dirija a la siguiente estación. Hay que considerar que si el
tren tarda en irse esto significaría que le tomará más tiempo llegar a su
destino y más gente abordará el mismo tren en cada estación, por lo que dentro
el espacio se reducirá y la temperatura se elevará, lo que en invierno será
algo muy bueno pero en verano padecerá el infierno mismo. El tiempo estimado
que tarda un tren en llegar de una estación a otra es de dos minutos, pero esto
casi nunca sucede, además el tiempo se extiende considerablemente si ha llovido
o está lloviendo, inclusive en estaciones subterráneas como Zócalo. Al entrar
es válido empujar a los usuarios que se encuentran dentro si hay demasiada
gente esperando y si la prisa apremia, de no ser así será usted recibido por
algún gritoneo, empujones y codos incrustándose por todo su cuerpo. Si tarda
mucho en salir o en llegar el tren es común escuchar una rechifla por parte de
los usuarios.
Una vez dentro
agárrese de donde pueda, hay tubos colocados por todo el tren previstos para
ello, en caso de que todos estén ocupados o fuera de su alcance apóyese en otro
usuario pidiéndole permiso de antemano, no vaya usted a causar un mal
entendido, también puede apoyarse en la puerta o si su altura se lo permite
agárrese del techo. No se relaje, no se distraiga,, recuerde a los “carteros” ,
a los vendedores ambulantes llamados “vagoneros” que van de vagón en vagón
ofreciendo su mercancía a gritos o con
mochilas llenas de bocinas con el audio a todo lo que da, pero principalmente
recuerde dónde va a bajar y que en la próxima estación alguien más va a querer
subir.