Te Perdono, aunque profundamente heriste mi alma dejando una
marca imborrable que ni el tiempo ni
demás sonrisas a lo largo de mi vida lograrán desaparecer.
Te Perdono por lo que
me diste, y lo que no.
Lo que me quitaste, y
lo que perdiste de mí en el trayecto.
Dejaste un corazón con
un vacío de ti imposible de llenar
Pero me permite
guardarte mi perdón para el final.
Te Perdono, porque mi
alma es incapaz de odiarte aunque mucho desee,
aun en medio de la
desesperación, el dolor y la traición.
Aunque en medio de
eso, me dejaras vislumbrar un futuro que nunca tuvo la intención de ser real. Aun así,
te perdono.
Te Perdono porque no
sé amar con resentimiento.
Porque en mi corazón
jamás tuvo cabida, aun quemándome viva, la frialdad e indiferencia que tu voz me
transmitía.
Y perdono tu cinismo,
tus mentiras y dudas que en medio del concepto que creaste para ti de mi persona, te hicieron
más fácil hacerme daño.
Perdono la realidad
porque gracias a las mentiras que me hiciste vivir,
mantuviste la ilusión
y la esperanza viva.
Perdono tus
justificaciones, aunque no justifiquen el daño mismo.
Por destruir no un
corazón, sino muchos. Porque solo
pedazos son los que reciben del mío.
Perdono tu necesidad
de no soltar no sé si por la culpa que sientes, o porque creas que en medio de todo, me haces bien estando cerca.
Perdono tus lagrimas que
parecieron reales, que para mí lo fueron y me permitieron bajar la guardia.
Perdono mi
vulnerabilidad , por esos momentos que me permitieron mostrarte también mis propias lágrimas, solo
que estas llenas de fe y honestidad.
Perdono tus sonrisas
que enmarcaban en tu rostro la alegría de verme cuando no era lo que yo suponía.
Perdono mi alegría por
lo que creí genuino.
Perdono todos los años
que me permitieron guardarte donde no te correspondía, donde no merecías, y no hay
concepto que cambie eso, sin embargo lo perdono.
Porque nadie podrá
reemplazar el lugar que fue hecho a tu exacta medida.
Perdono tu temor y ya
no sé si fue peor que las dudas que cruzaron por tu mente de dañarte.
Perdono la
desconfianza y poca fe que las cosas fueran posibles,
que las personas sí podemos
ser quien decimos ser, sin tener 2das intenciones de por medio.
Me perdono por hacer y
entregar el doble que cualquiera, para demostrar que nada queda, si hay la intención de
luchar aun en medio del infierno.
Perdono todo lo que
dijiste, y lo que sentiste, porque por mucha retracción
las palabras se tatúan
en el corazón y ahí quedan para siempre.
Perdono, saber lo que
sé y aun así guardar silencio.
Por mandar mis oraciones y mandarte mi luz por cada noche que estás lejos.
Perdono seguir siendo
el árbol que aun el día de hoy te sigue ofreciendo su sombra y cobijo.
Perdono las confidencias,
buenas, malas, tristes.
porque al hacerte
vulnerable para mí, jamás lo usé en tu
contra.
Perdono todos esos
días con sus noches, que siempre me permití regalarte mi tiempo, mis oídos, mis ojos y lealtad.
Perdono defenderte a
pesar de... Aunque no estés para verlo, ni lo espero.
Te perdono a ti, porque
haciéndolo me permito perdonarme por no odiarte
y no apartarte de mi
vida con todo el dolor que me has causado.
Perdono mantenerte lo
más cerca posible, porque cuando alguien como yo echa raíces, jamás se alejará y estará cerca
tuyo para cuando tú lo necesites.
Una oración un abrazo,una
bendición y mis mejores deseos.
Y que Dios siempre, te
mantenga con vida, cerca lejos, donde quiera que te encuentres.
También perdono el
permitirte, formar parte de mi vida,
Porque me doy cuenta que es más necesario para ti que
para mí,
Aunque a mí ya no me
interese, ni es necesario formar parte de la tuya
porque he aprendido a
prescindir de ti.
Perdono mis
sentimientos, porque sin ellos no sería
quien soy, no te habría dado el
espacio de regresar, explicar y
perdonar para poderte sanar y regalarte
esa oportunidad.
finalmente, ellos
hicieron posible otorgarte este don que hasta el día de hoy sé que tanto
necesitas
para poder retomar tu
paz.
Silvia Carbonell L.