martes, 22 de mayo de 2012

2o Concurso #HaikuenlaMadriguera

Aquí tenemos a los ganadores del 2o Concurso #HaikuenlaMadriguera:



Primer Lugar:



Segundo Lugar:



Tercer Lugar:


Aquí pueden ver los tuits participantes, ¡Gracias!

Espinas


Hilos de oro

Quimera

Tímida, la luna, se escabulle por las ramas de ese árbol raquítico que, fiel, se apuesta bajo los ojos vítreos de la casa blanca. Apenas le adornan unas cuantas hojas en sus brazos de ramas. Sabiéndose anclado a su principio de árbol, estira su amor. Quiere tocarle. La claraboya de mirada nívea, no se inmuta. A lo sumo, le regala la caricia de un parpadeo cuando en verano abre los postigos y roza sus ramas. Él, apenas dos veranos atrás un arbusto, se ha enamorado de aquellas alas de vidrio, en las que confiadamente se posan las aves de primavera en busca de grano. La observa enamorado cuando la nieve la viste de escarcha o la dora de sol. Solo espera tocarla con sus manos de hoja cuando le llegue el otoño. Ansioso, le guarda la savia de ganas de años en el tronco, cada día más añejo. Resignado y con el viento cómplice, le envía flores de vez en vez. Pero el otoño llega varias veces y la ventana impávida, permanece cerrada. Temiendo dejar entrar al viento helado o peor, alguna hoja en forma de corazón, que le robe una sonrisa. Isabelle Cigarras & Maru Luarca @Lady_Micu

Así conmigo

Tal vez no lo sabes, tal vez lo ignoras, pero soy poema al escribir tu boca. Y me pides cielos y ventanas, pero apenas puedo darte palabras; de aquellas livianas, libres de viento. Me sé escribiendonos historias donde antes habitaron libros. Me puebla la esperanza los desiertos de antes. Y hallo un silencio en el lienzo de tu espalda; eso me basta, ya tengo emoción. Ahora puedo soñar la flor y su colibrí. Me hago un espacio para inventarnos momentos; que nos sobren murmullos y nos arrullen dilemas poblados de certezas que nos hablen de un “nosotros“. No hace falta romper silencios ni unir los trozos. Basta pensar el grito, besar el aire y alzar el vuelo. Así te tengo. Isabelle Cigarras & Rosalinda Mariño @abrapalabra

Una noche





Una noche que soñé...
¡¡Alegría!!
Desperté,
y vi la melancolía.
¿Por qué soñé?
si mañana no soñaré.



Si soñé, ¿qué soñé?...
¡¡Alegría!!
Mi alma fluía
y yo dormía.
¿Por qué soñé?
si mañana no soñaré.


 Omer Alfcorbar

Roja

Yo de tinta sería roja.
Sangre de un verso.
Labio mordido.
Savia que late.

Siesta

Cae la tarde y yo me dejo arrullar entre mantas rústicas y almohadones coloridos.

El ave

Parado ahí,
balancéandose frente a la tormenta.
Amanece el ave y yo sólo lo miro mirar.

No le digo poeta

No le digo poeta al que escribe poesía. Yo le digo poeta al hombre que sueña, vive y late sin temor a mostrarse, aún sin teclear una letra.

Inesperada


El timbre rompió el silencio —Qué raro —murmuró—… No suele pasar gente por aquí a estas horas.

Un segundo timbrado. Él comenzó a caminar hacia la puerta. Tenía curiosidad de saber quién esperaba al otro lado. Cuando al fin abrió, la tenue luz del alumbrado público dejaba ver a una mujer de pie y con las manos sujetándose entre ellas frente a una larga falda de mezclilla, tan larga, que cubría sus pies.

—¡Una gitana! —pensó— Seguro ha venido a robarme.

Lo que no sabía es que era él quien le había robado a ella. Le robó —sin darse cuenta— el corazón.



Ernesto del Olmo
@erneStencil
http://letrasaquiyalla.blogspot.mx/

La felicidad llega de quien menos la esperas


Surges como el ave fénix,
de las sombras de la nada,
tanto tiempo estuve buscando el amor que me llenara
te busqué debajo de las piedras, sin ver que nada pasara
el silencio se hizo infinito,
como el movimiento sin límite,
así fue pasando el tiempo
sin ver que nada cambiara,
pero cuando las distancias son cortas
y los sueños a lo grande
preferí olvidar mi intento
evitando que me dañara.

Sucumbí ante la búsqueda
de aquel amor que tanto esperaba,
sin contener las lágrimas
que por mis mejillas rodaban
di media vuelta, cerrando las puertas al amor que tanto anhelaba.

Pero el destino caprichoso
en mi contra conspiraba
transgrediendo todos mis planes.

Es así como aparece
la felicidad que tanto buscaba,
me negué en un principio
pero no hubo resultados,
el amor llegó a mi vida
de quien menos lo esperaba.

Nurbia Cupares
@nurbia_deya

Metáfora de nuestro amor





Esta imagen es la metáfora de nuestro amor,
yo una mujer dormida a tu lado,
tú un hombre esperando a que despierte,
tan ardiente por dentro,
echando fumarolas de deseos,
anunciando tu máximo placer: explotar dentro de mí y derramar tu lava.



Texto: Veros Ruiz
@labios_humedos
http://angela-natalia.tumblr.com/

Foto: Electrico

Pájaros

¿Quién iba a saberlo?

Suena algo totalmente irreal, y la verdad, patético.

El sólo hecho de querer hacer algo más, salir de la rutina, fue lo que me empujó. Llamé a mis mejores amigos, y les dije: "¿Por qué no hacemos algo divertido? Algo que no hacemos normalmente". A lo que se nos ocurrió ir al cementerio, después de las ocho de la noche que ya está cerrado. De preferencia, escogimos medianoche, por las clásicas historias de terror que cuentan.

Mientras llegaba la hora de la verdad, como lo hacíamos cada viernes por la noche, nos refugiamos en el bar de siempre. Solamente se requirió un par de tragos de ese coraje líquido para prepararnos e iniciar esa aventura.

Idiotas.

Pasaron las horas.

El nerviosismo ataca.

¡¿Qué putas estás haciendo con esa ouija?!

Está bien, pero solo un rato y nos vamos.

Lo logramos. Estamos dentro.

No fue fácil, pero logramos entrar al cementerio. La cabeza me daba vueltas.

Alguien pare este juego, me quiero bajar.

Entre risas, golpes, caídas al piso nos adentramos en el cementerio. Sin rumbo fijo. Cuando uno de ellos nos dirige hacia un mausoleo viejo y descuidado casi hasta el fondo del terreno, al borde de un barranco.

"Este es el lugar, ¡Saca la ouija!"

Las paredes del mausoleo estaban pintadas con graffitti, las puertas destrozadas a punto de caer. Sin embargo, entramos y ya no había vuelta atrás.

Imbéciles.

No sucedió nada en los primeros 15 minutos. A punto de irnos y el tablero empezó a enloquecer. Formamos el círculo otra vez, y retomamos el juego, transpirando miedo y desesperación.

"¡Puta! ¿Alguien vio eso?"

Lo que pareció un pájaro negro pasó rozando mi cabeza.

Pero nadie vio nada.

El tablero se detuvo.

Y empiezo a sentir que mi mano derecha se empieza a quemar, un dolor indescriptible.

Empiezo a gritar, pero mis compañeros no entienden que me sucede.

Volteo a ver a mi lado, y veo como una especie de pájaro me devora la mano.

Pánico.

Me empiezo a retorcer en el piso, mientras este pseudo pájaro me empieza a devorar parte de mi brazo también.

Grito.

Petrificados, se quedan viendo sin hacer nada.

"¡Pájaros! ¡Pájaros!" Es lo único que puedo decir, mientras veo como entran más y más y se posan sobre mi cuerpo, listos para arrebatarme cada gota de vida de mi cuerpo.

Alzo mis brazos para pedir ayuda, pero muy tarde...

Mis compañeros huyeron.

Lo único que siento es dolor, como estas criaturas desgarran pedazos de carne poco a poco. Como la sangre empieza a escurrir entre las grietas de este sucio y viejo mausoleo.

¿Qué donde estoy ahora?

No estoy seguro.

Lo único que sé es que aquí me siento bien. La mayoría del tiempo puedo ver cómo cambia el cielo de dorado a un negro casi azulado. Siento algo frío, como piedra a mis supuestos pies.

A veces veo pájaros negros volar en el cielo.

Sí, aquí quiero estar.

Ingrid Sofía Escobar
@sofiaescobar
http://echoofwords.wordpress.com

Esos ojos de miel de café

Esos ojos de miel de café, que me sonríen en el big bang
de nuestros abrazos nocturnos.
en el fuego cruzado de nuestras miradas;
ecos mudos de nuestras propias palabras
las voces que no hemos decidido decirnos.


Nos despedimos quizás deseándonos,
Nuestras miradas aferradas en las manos,
El caminar y vernos marchar, en olas,
De esa mezquina luz cosida a las sombras,
En donde habremos de desaparecernos
Ocultando nuestros deseos en un adiós.


Qué importa que nos fuguemos de este mundo,
En el paraíso que el tiempo nos rompió,
Formaremos murales en laberintos
de luces negras.


Esos ojos de miel de café,
El cielo desbordado en su cuerpo,
Tu sonrisa es mi credo en mi cuerpo,
Que me recuerda la divinidad.


Cada que te vea sonreiré con el corazón
te abrasare con cada trozo de mi alma,
para que salgamos brillando en tus recuerdos;
en esas noches nocturnas, en donde olvidamos el frio
cuando nos convertíamos, con cada abrazo en un arcoíris
que se ocultaba en nubes negras de nuestro mundo.


En esa luna gris, donde nos perderemos
Brotando en un nueva vida con nuevo corazón,
tiempos esperados en los momentos muertos.

Víctor Tlaxca
@victortlaxca

El pez urbano


La ciudad, un mar de peces 
moviéndose en oleajes de inercia
naufragan en las prisas laborales y sociales
pescados atrapados en rutinas.

Ana R.

Ying Yang


Ana R.

volvernos noche


que lleves tanta sabiduría en los ojos y en la boca no es casualidad.
si en el arte de tu amar constante,
continuamente haz practicado con mi cuerpo;
convertido en la herramienta de trabajo hacia tu perfección,
en el arte de proyectar la piel en catalizador de lluvias y deseo.

tuya, siempre tuya...

delirante aprendiz de tus besos que se hicieron mi sello con el correr de los años.
buscas, siempre buscas,
saciar mi sed de vino constante en idas y regresos.

por ello siempre atenta al menor indicio del brillo de tu mirada,
para estar dispuesta a modo de instinto,
que se deja arrastrar hacia el peligro de tus ojos.

por eso cualquier momento,
es detonante de flagrancia constante que nos lleve
al camino del olvido terrenal y nos interne,
en el camino carnal de los besos a mordidas.

aprendiz y maestra de tus noches desatadas,
tan llenas de amor que la pasión nos desborda en ríos 
que recorren nuestras piernas y los labios.
que nacen en beso, que queman el vientre, buscando su camino
hacia el resto que se enciende.

cuando eso sucede, se apaga la noche...

sucede el olvido y nada más importa,
lograr que la piel respire y se levante
hacia los caminos que nos trace,
y nos guíe las manos, los labios y los ojos;
hacia tu centro, hacia mi centro
Que se pierdan los ombligos y nos confundan 
nuestras propias sombras.

Noche, volvernos noche...

Que se interna en la madrugada.
Que amanezca en nuestros cuerpos al sonido 
de los pájaros y del alba.

Silvia Carbonell L.