Todo ocurrió en el país de los sueños, del cual desgraciadamente no soy presidente, no sabía que estaba dormido, todo parecía real, hace dieciséis lunes que no soñaba.
Resulta que tuve por tarea crear un mundo y sus habitantes. A sabiendas de mi conciencia, el ochenta mas pico por ciento de ésta humanidad está podrida: guerras, envidias, racismo, desprecio, odio, discriminación, avaricia, entre otros mil males y sufrimientos.
Y para ser original me olvidé de aquél Adán y de aquella Eva, pues no es así como yo dibujaría la creación, difiero del estilo de Moisés
Me propuse a pensar en la solución para todo, y se me ocurrió crear un cuerpo semejante al del humano normal, mas éste carecía de órganos genitales. Su piel la hice de un color que yo inventé al que llamé "Jistro" (no podría describirlo porque no se parece a ningún otro color que percibiese el ojo humano), con esto me aseguré de que el racismo no viese luz en mi creación.
Y a este ser lo llamé "Imber", esa fue mi alternativa al humano.
A continuación una breve descripción de los Imbers:
Son seres con una peculiar forma de asexualidad , no queriendo ésto decir que no puedan reproducirse o que no puedan tener sexo. Tendrían una única orientación sexual pues no hay hembra y varón, todos son iguales, de esta manera no exterminé los prejuicios y la discriminación sexual.
Uno de los regalos más preciado que di a éstos seres, fue la imaginación. Una imaginación gigante, mucho más ingeniosa y pulcra que la del humano. Para hablar; cantan, no existe tal cosa como un sonido insípido y seco. Si imaginan sonidos, podrían reproducirlos con la voz cual instrumento musical, pues a todos les regalé un un oído musical excepcional.
Di un duro golpe a la vanidad; al ser todos seres físicamente iguales del mismo color (Jistro), tamaño, y con las mismas capacidades, todos los concursos de belleza física que acomplejan al humano actual, fueron absurdos en mi creación.
Doté cada Imber con una hermosa mente, diferente cada una de la otra, les di la capacidad de traducir sus pensares en belleza: cada mente imagina su belleza física como más le guste. No saben que son físicamente iguales, porque cada quien ve a los demás como quiere verlos, y como los demás se hacen ver, según lo que regalen al pensar.
Algo curioso de los Imbers es la relatividad visual, dos Imbers mirando a un tercero, no ven lo mismo. No existen los animales, o mejor dicho, no como tal. Algunos imbers pueden sentirse de alguna forma haciendo que los demás lo vean como lo que los humanos, perciben como animales.
En cuanto al amor: todos se aman, no existe el odio, ni la envidia. La familia se forma a partir de una pareja y no hay lugar para la infidelidad porque la carne es la misma, y al enamorarse lo hacen de las mentes y de los pensamientos, mas no de los cuerpos.
El sexo, es más complejo de entender; los orgasmos duran lo que ellos quieren que dure, y siendo esto un algo difícil de manejar, les di la inteligencia suficiente para no abusar de tal regalo. Cualquier Imber puede quedar embarazado y al dar a luz es sin dolor. Cada pareja de Imbers solo podrá procrear uno y solo uno.
Hay una única ley: La ley de los hermosos espejos: "Lo que un Imber le haga a otro, se lo hace a sí mismo". Por ejemplo: Si un Imber golpea a otro, el dolor es para el que golpea. Así mismo; si un Imber ama a otro, el amor es para el que ama.
Les regalé 8 sentidos: los 5 del humano (mucho más agudos), y tres adicionales. Soñismo, Sinestesia y Dilistio. El soñismo permite conectarse con sueños de otro Imber, y ambos acordarse de cada detalle del sueño. La sinestesia al igual que en la humanidad (en la que no es muy común) permite mezclar varios sentidos como por ejemplo; escuchar colores, ver sonidos o saborear lo que tocan. Y el dilistio es la capacidad de sentir en la distancia, solo con el pensamiento.
Mi mundo fue un solo gran país, sin gobernante. No existió la fuerza militar, porque los hice muy inteligentes. No existió la guerra, porque no hubo nada por lo que pelear, por lo tanto no hubo divisiones ni fronteras.
No les hice saber de mi existencia, para evitar cualquier tipo de religión.
Debo decir que no fui el único creador, también habían otros como yo, creando vidas, a unas cuantas galaxias de donde yo estaba.
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