de dalí sus espejos bipolares a lo bizarro,
del tiempo escurriendo entre los dedos de la mano.
de monet el espejo de agua hecho lirio,
hasta sus cielos de azul vainilla con sus jardines de color.
de van goh sus torturas llenas de color,
sus zapatos viejos con olor a cantina llenos de sudor.
sus cielos de tosca luz llenos de farol.
de picasso ni hablar,
son sus conquistas las que me llegan atrapar,
el resto es cayola de un niño comenzando a dibujar.
josé clemente orozco llevó,
al hombre en llamas girando alrededor.
y en sus murales pintó
toda la guerra que tantos años nos amordazó.
de frida, sus conceptos del dolor,
de una guerrera lamiéndose las heridas con valor.
llorando en sus retratos con la cara muy en alto.
de botero sus famosas curvas de la abundancia
que compiten con la obesidad de los soles de bustamente
que tantas calorías acumuló.
de francisco sanchís cortés me quedo con su paisaje celestial,
el alma vestida en ángel aguardando salir de un lienzo para abrazar.
de juan carlos manjarrez la belleza y limpieza del desnudo,
del pincel del alma muda, reflejándose en los ojos de su autor.
de alejandro botello sus lineas sofisticadas de color,
de los paisajes ocultos en la simetría al tacto,
de lo real de las formas a lo abstracto.
así caminando de cuadro en cuadro
el colash de unos ojos que los unen a mano,
una simple observadora intentando saltar
a los giros cuánticos de los creadores del azar,
dueños de tantas bellezas dispuestos a conquistar.
(Salvador Dalí)
Silvia Carbonell L.
ツ &
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