Si volviste a
marcharte, ya nunca más regreses.
Difícil es la mañana
que tú ya no estás para encenderme.
Difícil los días donde
tu ausencia se destila en las paredes.
Por eso no pido al
tiempo que vuelvas,
porque caer en lo
mismo es un círculo de poderes.
No tienes idea de lo
que es levantar un sol sin tus brazos,
ni idea tampoco, de la
fuerza necesaria
para evitar que la
noche te caiga y te aplaste con su abrazo.
Tampoco lo sabes,
pero construir las
tardes tan llenas de los colores que tanto disfrutabas,
cuando no están tus
ojos es todo un desastre.
No le pido al tiempo
que vuelvas, solo le pido que te deje marcharte.
Expanderme el mundo
para que tú dentro cupieras,
nunca fue demasiado
fácil.
Peor ahora que dejaste
todo ese espacio tan difícil de llenarse.
No le pido al tiempo
que vuelvas, solo que no te permita encontrarme.
¿Tanta vida y sus
promesas para qué?
Sí, me dejaste la
vida, pero la dejaste muy herida
y ni una sola promesa
cumplida de quedarte.
Te empaqué los
recuerdos,
esos sí puedes
llevarte,
para cuando sientas
nostalgia de todo el cielo que detrás de ti dejaste.
Yo no le pido al
tiempo que vuelvas, solo le pido que no te permita dañarme.
Achicar el mundo
resultó lo más interesante,
solo me quedé con lo
propio
y lo poco nuestro que
decidió no abandonarme.
No le pido al miento
que vuelva, solo que no te permita tocarme.
Hoy estoy lejos de
todo aquello que toca y que solo hace daño,
hoy mis ojos están de
los tuyos cerrados.
todas mis puertas se
encuentran abiertas a la vida,
y las ventanas a tus
paisaje ya las he abandonado.
Yo no le pido al
miento que vuelvas, solo te deje donde decididiste quedarte.
Y de tus pasos no
quisiera enterarme,
son mis propios pasos
de los que me preocupa ocuparme.
Me dejaste trabajo y
una vida desarmada,
desde los cimientos
hasta toda la fachada.
Hoy me toca ocuparme
de los daños colaterales,
y reparar cada vidrio
que decidiste encajarme.
No pido al tiempo que
vuelvas, solo que no te permita buscarme.
Y así como hoy muere
el sentido que de lo nuestro sembraste,
abono semillas nuevas
para la vida que no lograste llevarte.
Construyo caminos
nuevos,
me tomo todo mi
tiempo, me abrazo cuerpo completo
y lleno mis ojos de
todo el color que te llevaste al marcharte.
No quiero tiempo que
vuelvas, solo que él ya no decida buscarme.
La vida ya no es como
la dejaste,
hoy todo es de otro
color desde que te ausentaste.
Hoy pinto retratos
nuevos con otro sentido y paisaje.
Por eso le pido al
tiempo que ya no vuelvas,
que no te espero, que
aunque difícil, ya no siento necesitarte.
Le pido al tiempo que
te permita marcharte,
que no me encuentres,
que no te espero,
que nuestos caminos
jamás vuelvan a cruzarse.
Que tengas vida, que
encuentres cielo,
pero lejos, muy lejos,
donde mis ojos ya no
vuelvan a mirarte.
Por eso tiempo, ya no
dejes que vuelva,
Mis ojos están
cerrados, ya no buscan encontrarle.
Silvia Carbonell L.
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