martes, 12 de febrero de 2013

Yo no le pido al tiempo que vuelvas


Si volviste a marcharte, ya nunca más regreses.
Difícil es la mañana que tú ya no estás para encenderme.
Difícil los días donde tu ausencia se destila en las paredes.
Por eso no pido al tiempo que vuelvas,
porque caer en lo mismo es un círculo de poderes.

No tienes idea de lo que es levantar un sol sin tus brazos,
ni idea tampoco, de la fuerza necesaria
para evitar que la noche te caiga y te aplaste con su abrazo.

Tampoco lo sabes,
pero construir las tardes tan llenas de los colores que tanto disfrutabas,
cuando no están tus ojos es todo un desastre.

No le pido al tiempo que vuelvas, solo le pido que te deje marcharte.

Expanderme el mundo para que tú dentro cupieras,
nunca fue demasiado fácil.
Peor ahora que dejaste todo ese espacio tan difícil de llenarse.

No le pido al tiempo que vuelvas, solo que no te permita encontrarme.

¿Tanta vida y sus promesas para qué?
Sí, me dejaste la vida, pero la dejaste muy herida
y ni una sola promesa cumplida de quedarte.

Te empaqué los recuerdos,
esos sí puedes llevarte,
para cuando sientas nostalgia de todo el cielo que detrás de ti dejaste.

Yo no le pido al tiempo que vuelvas, solo le pido que no te permita dañarme.

Achicar el mundo resultó lo más interesante,
solo me quedé con lo propio
y lo poco nuestro que decidió no abandonarme.

No le pido al miento que vuelva, solo que no te permita tocarme.

Hoy estoy lejos de todo aquello que toca y que solo hace daño,
hoy mis ojos están de los tuyos cerrados.
todas mis puertas se encuentran abiertas a la vida,
y las ventanas a tus paisaje ya las he abandonado.

Yo no le pido al miento que vuelvas, solo te deje donde decididiste quedarte.

Y de tus pasos no quisiera enterarme,
son mis propios pasos de los que me preocupa ocuparme.
Me dejaste trabajo y una vida desarmada,
desde los cimientos hasta toda la fachada.
Hoy me toca ocuparme de los daños colaterales,
y reparar cada vidrio que decidiste encajarme.

No pido al tiempo que vuelvas, solo que no te permita buscarme.

Y así como hoy muere el sentido que de lo nuestro sembraste,
abono semillas nuevas para la vida que no lograste llevarte.
Construyo caminos nuevos,
me tomo todo mi tiempo, me abrazo cuerpo completo
y lleno mis ojos de todo el color que te llevaste al marcharte.

No quiero tiempo que vuelvas, solo que él ya no decida buscarme.

La vida ya no es como la dejaste,
hoy todo es de otro color desde que te ausentaste.
Hoy pinto retratos nuevos con otro sentido y paisaje.
Por eso le pido al tiempo que ya no vuelvas,
que no te espero, que aunque difícil, ya no siento necesitarte.

Le pido al tiempo que te permita marcharte,
que no me encuentres, que no te espero,
que nuestos caminos jamás vuelvan a cruzarse.

Que tengas vida, que encuentres cielo,
pero lejos, muy lejos,
donde mis ojos ya no vuelvan a mirarte.

Por eso tiempo, ya no dejes que vuelva,
Mis ojos están cerrados, ya no buscan encontrarle.



Silvia Carbonell L.


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