No hay noche en que el cielo no sangre, mis ojos se tiñen de nostalgia y soledad mientras la luna intenta apagar su reflejo en el mar. Con los segundos como equilibrio, mi vida sigue su paso por este interminable camino llamado muerte. Tengo los latidos sordos que gritan tu nombre, inundan mi alma de dolor, haciendo del amor mi refugio, haciendo de ti mi amor. El sonido del viento a través de la niebla enmudece al miedo que camina lentamente buscando lugar en mí. Amanecerá el cielo con una herida profunda, dibujaré una sonrisa en mi rostro donde guardaré todos los silencios que jamás pude escribir. Y si mis lágrimas llegaran a caer, se fundirán con tus suspiros y se harán eterna melodía. Mi voz conoce tus rincones, tiene al infierno de memoria. Recuerda, aún sigo en pie.
Jesús Valenzuela
@SilencioFunesto
http://djesvalper.tumblr.com/
0 comentarios:
Publicar un comentario