A ti, que te asomas por el balcón de los sueños y aprovechas los
rayos de la luna para recibir en secreto mis besos camuflados en su luz.
A ti, que te he prohibido conocer mi nombre para que el Amor no
traicione a tu lengua y se delate así el olor a mar de tus suspiros. A
ti te escribo, con los mismos hilos plomados de mi alma, que unas veces
enredas y otras más los estiras hasta permitirles mezclarse de ilusiones
con el estambre terso y desnudo de tu alma de mujer enamorada. Te
escribo con letras aladas, porque no podemos matar la distancia de otra
manera, porque por cada kilómetro de suelo, hay un año luz de cielos
oscuros y nostálgicos, con montañas y escoyos formados de nubarrones
grises que solo mis letras y las tuyas son capaces de sobrevolar. Le
dejo por ello a mi pluma, el arrojo mágico de abrir una ventana con
vista al parque soleado y siempre inhabitado donde a veces caminamos
tomados de la mano, ese recodo imaginario de árboles cómplices y bancas
de azul prohibido, donde somos dos locos que flotan a 5 centímetros de
un suelo pardo que no permite se impriman jamás las huellas
irresponsables de los enamorados. Un lugar nuestro que tiene por siempre
el clima templado de los últimos días de la primavera para que lo
recorramos sin abrigo y con pisadas alegres y confiadas que no necesitan
saber por anticipado lo que les espera en cada una de las vueltas de la
vida.
Ahora que se lo he compartido a los ojos de tu imaginación, mira por
esa ventana, mira más allá de tus sueños, más allá de la larga cortina
que colgaba entre tú y yo. Quizá me creíste lejos, un amor imposible y
por tanto confinado por las paredes de tus sueños, un amor unilateral
que a nadie hacía daño y sin más futuro que el alcance de tus
pensamientos encargados inocentemente a la lealtad del papel. Quizá no
te esperabas que la fuerza de ese amor contenido horadara sus propios
muros, que usara el papel de avión y se hiciera con todas tus palabras
una angosta y serpenteante vereda de humo que condujera directo al patio
trasero de mis párpados. Ahora puedes comprobar que este amor se quitó
el peso de lo irremediable, puedes observar por esta ventana lo que han
hecho posibles esas noches de insomnio en tu cama, esas letras coquetas
en tu libreta y esas imágenes tomadas con la cámara olvidada de una
cultura que desapareció del planeta hace cientos de años. Mira por ese
cristal hacia mis sueños, los tiernos y los salvajes, los áridos y los
empapados, de los que te hago responsable; mira por detrás de la tela
roja que cubre mis sentimientos y mis deseos, la misma que has
descorrido con tu inocencia y encanto. No sabes cuántas veces mis labios
han cruzado en sueños el puente de pecas de tu nariz, no sabes cuántas
veces he andado por ese camino de pequeños soles que calientan desde muy
lejos mi piel de lobo huérfano, trocitos de sol que provocan que las
huellas de mi sombra apunten a cada instante hacia a el ombligo celeste
donde vives. A través de esta ventana hecha de letras puedes saberlo,
pero solo un poco y eso te salva, porque el todo necesita de la piel y
no del papel para sentirse por completo; porque el todo necesita la
cercanía y solo nos quedan las letras para hacer trazos en carboncillo
en nuestras mentes de nuestros cuerpos haciendo el Amor, para darle vida
y movimiento a esto que no tiene nombre científico, pues se desprende
de lo arcano, de lo que solo la música y los besos pueden abarcar pero
no marcar de conocido.
No me pidas que olvide que existes, no ahora que lo he comprobado, no
ahora que nos hemos sacado uno al otro de la tierra de lo imposible, no
ahora que has sido expulsada de la matriz de los ángeles y has caído en
el corazón de la noche, en el corazón de un hombre sin nombre, en la
maravillosa ironía, que siendo ángel, provocas que deje sin fuego el
infierno cada vez que te deseo. No te exijas olvidarme, porque algún
día, vendrá el olvido y nos reclamará no haber dejado recuerdos
escondidos para volver a sonreír al encontrarlos sin provocarlos
siquiera. Quiero que algún día, seamos ese aroma que nos arrastra a ojos
cerrados a ese parque de suelo pardo y huellas invisibles.
Renko
Blog: http://arkrenko.com
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