El paisaje es el mismo. Idéntico el sabor del café. Igual mi rostro en el cristal. Los franceses lo llaman déjà vu. Esa sensación de: ya estuve acá, esto ya pasó. Sin embargo hay un detalle fuera de foco, como si la foto fallara. No llueve. Y yo recuerdo bien las gotas pesadas, cambiando las formas a través del vidrio. No llueve, y aquella vez no paraba. Hoy, en cambio, solo veo un cielo plomizo, que amaga un chaparrón pero no acierta. Dudo, entonces. No sé si empezar, o no, a sentir el dolor de la pérdida. Porque no llueve, es cierto. Pero el bar es el mismo. Idéntico el sabor del cappuccino. Igual mi miedo en el cristal. Y cuando te miro fumar nervioso, pitadas cortas, esquivando mis ojos, espero las palabras frías a cuchillo: “Ya no te quiero”.
Pero afuera, como si oyeran mi rezo, sale el sol.
Tal vez la lluvia era interior. ¡Me confabulaste!
ResponderEliminarSaludos Mariana.
Gracias confabulado @BianDude, te presto la lluvia si es que siempre nos sale el sol.
ResponderEliminar¡Me encantó!, tiene tanta madera para crecer aún más, para explorar sensaciones, variantes. Algo como: "Es el mismo momento, solo me le he adelantado a la caída de la arena. Puedo impedir el dolor o elegir vivirlo de nuevo, ahora más entera, más serena o vivirlo igual, como la primera vez, dejarme arrastrar como caracola vacía entre los matorrales de un parque abandonado por la risa del que llega". ¡Ay, me emocioné!, jaja.
ResponderEliminarUn abrazo a tus letras, Mariana.
Renko
Sublime, no se puede esperar menos de ti, eres un a mujer con todas la letras bien puestas.
ResponderEliminarAbrazos hermosa.
Eve.
Ayyy que bellos todos! los abrazo mucho!
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