Esa mañana no quiso y no pudo.
Desayunó un café de no ser ni estar.
Rasuró su barba de los parasiempres.
Se lavó los dientes de un nuncajamás.
Se vistió de dónde, como si supiera.
Se ató los zapatos con un qué dirán.
Cuando abrió la puerta de todo su ahora,
gritó un hasta luego por los que se van.
Caminó veredas con sus no te olvido,
y llegó a la esquina de los para qué.
Tocó varias veces el timbre de un basta,
y subió la escalera de los no te sé.
Se sentó despacio en el sillón de un siempre.
Encendió un cigarro sin saber por quién.
Se aferró a aquél libro con rostro de entonces,
y espero su cita con algún se fue.
...Leyó un para siempre, para poder volver a nacer. Leyó el poeta un poema para reinventarse en su rincón.
ResponderEliminar@sergiomarentes
... El se fue no llegó y recordó al final del libro que un amor lo perdía en su destiempo.
ResponderEliminar@Biandude
Qué gran calidad!
ResponderEliminarAhora ya soy tu seguidor.
Gracias Roymel :) Un abrazo!!
ResponderEliminarEsto es pasión. Cada palabra abre y cierra un paisaje y una acción en mi vida. Más letras de tu mente activa... gracias por regalarme este destello de mi vida. ACB.
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