Soy mi propia sombra;
una que viene de un mundo más rojo
y lleno de sangre,
metros de piel,
costillas y huesos.
Soy mi propio monstruo;
uno que asoma desde la terquedad,
con los ojos fríos y que invitan a quebrarse por dentro.
Agosto se vislumbra como un buen territorio,
cicatrices revolotean entre los pies,
salivando melancolía ahí;
justo donde la nada parece llenarse contigo.
La sensación del vacío dentro del vacío crece inquietante,
instantes impávidos alimentándose de la oquedad,
que a su vez se dulcifica en gotas de absurdos.
Soy mi propio camino;
uno que viene impreciso
y que mira de soslayo cada uno de los atardeceres que guardas
entre lo que piensas y lo que dices.
Soy el viento desnudo de sus garras,
un algo domésticado,
un algo en el que respiras y bebes,
sudor y gotas de sexo recién deshilado,
un halo de aromas y breves bramidos.
Un lugar hundido
al borde del comienzo.
Soy yo;
colapsando dentro de ti, de mí.
Una historia que lleva a un laberinto
en el que la catástrofe y nosotros
anidamos en el vientre para ser un solo veneno.
Decir también que soy el grito,
uno que te invoca,
lleno de vida.
El espacio en el que juegas.
El acaso y el ocaso.
Soy el lado oscuro,
ese que susurra entre la colisión de dos mentes.
El espejo en el que trasmutas
y dejas de ser tú,
para empezar a ser yo.
Agosto parece ser un buen comienzo.
martes, 31 de julio de 2012
Gotas de absurdos
Alma E. Palma
"Soy mi propio camino;
ResponderEliminaruno que viene impreciso
y que mira de soslayo cada uno de los atardeceres que guardas
entre lo que piensas y lo que dices."
Muy bueno