La magia radica en no conocer el truco. Yo siempre pensé que el truco es, simplemente, no analizar la magia. Disfrutarla con ojos de niño, es más placentero que ganarse el premio de adulto, al desentrañar el revés del conejo en la galera, y el por qué de la baraja adivinada. Sin embargo cuando crecemos, no hacemos más que empeñarnos en conocer el mecanismo de todo, y alejarnos del disfrute que ofrece una sorpresa. No sé quién nos enseña rápido, y aprendemos pronto, que el truco es perder la magia.
Vos me tildás de inmadura. Yo no hago más que abrir los ojos del alma. Vos jurás comprenderme, pero cuando te digo que sos mi mago, no me refiero a un auto nuevo, ni a un puesto importante, ni a tu ropa más cara. Sino a las veces que sin darte cuenta, con una caricia tierna, me hiciste suspirar: ¡abracadabra!.
Mariana,
ResponderEliminarla inspiración se sienta a tu lado y te suspira.
Te quiero tanto mujer!
@BlancoAzulada