Ese papel
Aquél no era el tiempo escrito en un papel,
era más que eso; era la espera llena de días coloridos
y de días lluviosos y de cantos nuevos.
Ese tiempo sabía que llegaría al final algún día, solo
era esperar a que las horas pasaran, los segundos
avanzaran y que el día dejara de ser día y la noche
dejara de ser noche.
Un día ese papel vio que tenía nuevas letras y tenía
una voz distinta; una voz que llegaba del sur, una voz
que vibraba y tenía sabor y olor.
Ese papel latía tan lleno de aromas, tan lleno de cielo
tan lleno de ti. En ese papel mi lengua siseaba al
viento y mis manos estrujaban tus ganas.
Y el tiempo parecía dormido, él cerraba los ojos y el
tiempo pasaba de largo y el papel se llenaba de sal.
Ese papel tenía el sabor de la espera en cada gota de
tinta, sudor y sangre.
Ese papel tiembla entre mis manos, tiene magia y
esencia, tiene promesas y amor. Ese papel está lleno
de vida, tanta vida que ya no cabe y gime y se
derrumba y cada letra nace y muerde mi existencia.
Ese papel.
Ese papel esperaba desvestirse entre mis dedos, y así
fue.
Ese papel aún es casa de tu sabor Eduardo Magomi.
martes, 14 de febrero de 2012
Ese papel
Alma E. Palma
Ay.
ResponderEliminarTe amo maga.