A veces parece que el sol sale, pero no brilla para todos.
A veces parece que el sol brilla, pero no brilla. Igual que todo.
A veces todo parece, pero ni es, ni es todo.
A veces, todo parece pero ni es. Ni es todo lo que parece.
¿No te parece que podría ser? ¿Que todo depende? ¿Y depende de quién?
No ¿Te parece? ¿Qué podría ser? Que todo. Que depende. Y quién podría responder.
Es que depende. ¿El brillo del sol está en el sol? ¿Está en los ojos? No sé si todo, pero un poco sí, un poco no.
No depende. Ya no. El brillo está en el sol y no. Y en los ojos hasta que mueren en el oro sin perdón. Y todo. Y no todo.
Si ya no depende todo, queda entonces el acaso, el quizá, el mientras tanto. Si ya no brilla y no es sol, si sólo es oro y también si no.
Si quedan el acaso, el quizá y el mientras tanto, entonces depende de todo. Del sol que es y no es, y del oro. De los dos y de ningún otro.
¿Y entonces? ¿Habrá preguntas si ya nadie las responde? ¿Habrá equivocaciones si no quedan esperanzas? ¿Saldrán de nuevo el sol, el oro y el brillo para el ojo?
Habrá preguntas si nadie las responde. Pero no equivocaciones si no quedan esperanzas. Y saldrá el sol porque el oro callará a los ojos.
Nadia Orozco & Rubén Ochoa
martes, 24 de abril de 2012
Depende
0:43
Año 0 No 17, La madriguera del conejo., Nadia L. Orozco, Nadia Lizette Ochoa, Rubén Ochoa
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