martes, 24 de abril de 2012

Adiós

— ¿Y así se acaba todo? ¿Dónde irá a parar todo el tiempo que nos hemos robado, todo los besos que aún no nos hemos dado?

— Nada se acaba, ni empieza. Todo se destruye... los besos y el tiempo. Solo nos queda robarle vida a la muerte. ¿Por qué pides explicaciones?

— Ayer fuimos el mejor de los futuros y hoy nos hemos convertido en un ayer condenado a olvidar. ¿Y la piel, cómo obligar a mi piel a necesitarte?

— Deja de dar vueltas, que ni contestas ni oyes tus preguntas. Aún así te diré que piel siempre tienes más de la que necesitas. ¿Ya lo has olvidado?

— La que olvida eres tú, desde siempre fuiste experta, saltas de cama en cama dejando lágrimas enredadas en la sábanas.

— De enredadas nada, de olvidadas todas las camas. Y con las lágrimas friego los platos y los errores.

— Tan fría como siempre, no debería sorprenderme. Te gusta regodearte en el dolor ajeno, así te conocí y así te recuerdo. Te dejas querer hasta convertirnos en rutina para luego huir.

 Querer es poder, poder hacer lo que quiera, y no, no me voy a quedar a ver como transformas todas las preguntas en acusaciones. Llámalo huir, yo lo llamo libertad.


— Preguntas es lo único que me dejas, preguntas y un vacío que llenaré con tu recuerdo, tu mirada y tu desprecio.

— Si te dejo un vacío, es porque ya estabas hueco antes de que yo llegara. No soy yo quien descosió tu roto.


— Tú eres la que de mí solo ha dejado trozos, antes yo era, ahora soy por ti, de ti, de todos tus silencios.

— No confundas ayer y presente. Siempre fuiste lo que hoy reflejas: un deseo para mañana. Nada más que eso.

— Entonces solo nos queda decirnos adiós como quien no sabe que en esta despedida dejo casi toda mi vida.

— A mí se me cayó el adiós en tu primera pregunta, solo tenías que recogerlo... No era tan difícil, ¿Verdad?

Ester Marfer & Julio Muñoz









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