Empieza
la obscuridad a mostrar destellos. Empieza tu luz a encenderse, es hora de
vivir y morir juntos.
Seremos
luciérnagas en el aire, y del aire, seremos los destellos.
Danzando
suspendidos en el viento. Ese viento invisible que acaricia y nos eleva por los
aires de la noche.
El
viento danza; y es caricia. La noche brilla, y es delicia. Tú me escribes, y es
codicia.
Acaríciame
en tus letras. Delineame con tu vuelo. Escríbeme, que soy poesía.
Al
saber que eres luz y poesía, te expropio toda, y te declaro mía,
Tuya
cuando brillamos juntos, tuya de noche, tuya de estrellas, tuya de luna.
Si
es por ser tuyo, tuya es mi vida. Si es por ser noche, tuyas son las estrellas.
Si es por ser amor, lo mío es tuyo.
Abrazo
tu vida y se quedan pequeñas mis alas. Tanto siempre es mucho, deja ciego a
quien posee tanta luz en sus manos.
Abrázame,
que falta poco para cubrir el frío. Apriétame, que falta poco para herir al desvarío.
Deténme
que ya no siento el suelo. Deténte que estoy sintiendo el cielo.
Omer Alfcorbar y Ana Rojas
Quedó de chupete, Anita.
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