Nos besamos en tal penumbra, nos hicimos tan de noche, nos amamos tan a solas, que nos perdimos en una eterna oscuridad
Y nunca encontramos nada más, ni a nosotros, los de entonces, aquellos que fuimos, aquellos que amamos ya no son los mismos. Descansan y no en paz.
Pero tranquila: ya no hay forma de regresar, cualquier esfuerzo será inútil, existe un sólo camino de regreso pero estamos muy cegados para verlo.
Aquellas estrellas, las que nos dedicábamos, ya no alumbran el sendero, se han ocultado para siempre.
¿Recuerdas cuando producíamos nuestra propia luz? Yo casi no, pero está ese vago recuerdo. Ahora la luz que nos nacía se desvía, se altera, se elimina, se va y no regresa.
Como nuestro amor.
Se va, y ya no existe.
Juan Diego Maya
@Duloms
http://duloms.blogspot.com/
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