Cataratas de Iguazú, Argentina, 2013. |
Volver a abrir la herida para sacarle inspiración.
Ser abismo por el puro placer de la caída.
Hacer de un "te quiero" una nota suicida.
Escribir un nombre que sea a la vez todas las cosas y todos los nombres.
Mirar por la ventana y ver hasta siempre.
Hacer de la cascada el río suicida que no acaba de morir.
Convertir lo ordinario en éxtasis extraordinario.
Eso es poesía. Eso es revolución.
Nadia Ochoa
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