martes, 21 de mayo de 2013

A dos años del silencio

A dos años del silencio, los recuerdos; 
y cada uno haciendo fila, esperando su turno en la ventana, en mis ojos y la cocina.

En mis ojos, tu rostro. 
Ahí te quedas observando cuando callamos
y apretamos la sonrisa para que no se escape con las lágrimas.

Sin embargo en los sueños, que desconocen las fronteras, tú respiras. Enciendes desde mis ojos y mejillas y terminas iluminando mi sonrisa.

Y donde mire, pareces asomarte como un día cualquiera que no lleva fecha, 
que no lleva sello de pasado o de presente o que se mezcla.
Pudiendo ser presente de un pasado sin futuro, 
o un futuro con la fuerza del presente que todavía te recuerda.

A donde mire, las paredes parecen contenerte.
No son los cuadros, ni los muebles de la casa, 
eres tú dándole sentido a todo por los espacios de donde algún día caminaste.

Lo que espera que regreses a tocarle, 
lo que siento cuando inhalo esperando una pequeña escena que te llama.

Mientras, cierro los ojos esperando.
De pronto, en ellos apareces 
con la sonrisa desenfadada a la que siempre me acostumbraste.


Silvia Carbonell L.





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