A menudo hay un cuervo
detrás de las palabras que matan
que nos mira de reojo
estático, histérico.
Está en nosotros depositar su miedo
en alguna parte de la distancia
y apagar su mueca
en nuestra sombra
para que ese tirano insomne de los cielos
no asesine tantos labios.
Aránzazu
@cochambrossa
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