Detrás de las cortinas,
el sol desertor se me va,
huye cobarde oculto en
las nubes,
da inseguro tu paso hacia atrás.
Detrás de mi
memoria,
sobrevive ese beso fugaz,
ese que me diste una noche,
ese
ósculo repleto de maldad.
Detrás de mis sombras,
muy atrás
todavía
me queda un suspiro,
un corazón fatigado y herido.
Detrás del abrazo
amargo de un vaso,
queda una pupila a punto de estallar
bañada en sangre,
quizás, mojada a rabiar,
apaga las luces, ya vino el ocaso.
Detrás de
la dulzura de tu hablar,
asolapadas las mentiras y más,
agazapada hasta en
tu manera de andar
falsía infinita pegada de antifaz.
Cierra la
puerta, no vuelvas jamás,
promete que nunca me hablarás,
llévate esa foto
que nos unía,
quema los últimos restos de felonía.
Miguel Angel Díaz Sotelo
@nina_sonqo
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