Hoy suena la ciudad y se espanta el silencioso amanecer con los acordes de un sol que nunca aprendió a escuchar; se resbalan los agujeros en las calles por la brisa y su soledad.
Se estremecen las semillas de la llovizna como muriendo de sed, pasaron otoños sin hojas secas, fue un otoño primaveral.
Llegó el frío vestido de noche, y entre el aguacero y el invierno están tus ojos, desafiando al sol.
Está lo vivido del universo, en tus ojos se respira el olor del mundo y su sabor agridulce, habitan los fantasmas de una canción sin ritmo, habitamos dentro de tus ojos todos los que amamos amar.
Y entonces pasó la vida, como película sin fin, dando hincapié en recuerdos gloriosos y pasaron finales como principios; a fin de cuentas si el principio acaba en final, el final siempre será final aunque no haya principio.
Y quedó la noche como desnuda, se fueron las estrellas, se miraba frente al mar como apenada con los peces y tan libre como ave que aprende a forjar su vuelo.
Todo eso paso, en el instante eterno donde se desvanecen tus ojos para volver a nacer, donde pestañeas como abriendo y cerrando las puertas del infierno, como si en tu silencio gritara el abismo.
Giu Pironi
@gpironi
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