(Cadáver exquisito)
- Soy el viento que revela lo que fue cubierto por el polvo.
Rastro de tierra en el tiempo, como una herida seca.
- Mujer de pies descalzos y sonidos pertrechados en la arena.
No sé si vuelvas a reavivar de estas cenizas, el fuego.
- El cielo es un techo adornando la punta de mi lengua.
Más no sé si las horas nos aguarden.
- Una voz interior enloquece los tímpanos, vientos aullantes agitan a la bestia.
¿Serás gota de agua que derrame el estanque?
- Con los ojos sabor nostalgia y un poco de ayeres en la palma de la mano.
¿Serás nube? ¿Vendrás de prisa?
- Me invoco como un algo que desde adentro se rompe.
Mi espejo se empaña de ausencia.
- La noche crece desbocada, y un nudo imperceptible gime, lleno de universo.
- Cierro los ojos y te respiro.
Guardo esta agonía en un páramo de sombras.
Alma E. Palma
y
Claudia Yenisey
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