puede que las orejas sean minúsculas (apariencias visuales) y que las gafas resbalen, entonces, por la nariz tibiamente brillosa (nariz aguileña, seguramente); quizá (en realidad no es quizá) los anteojos se sometan a las aburridas leyes gravitacionales (se ve venir el manzanazo de newton) y... pero a veces es tan difícil (no siempre, eh), tan difícil —no siempre es tan difícil— decir: hoy sí voy a ver más allá de cuarenta centímetros. no se puede, simplemente no: es imposible rascarse la oreja con el codo; es imposible remover las manchas del pasado (consejo de mi tía de santa rosa).
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