Tu recuerdo ese silencioso maleante que llega cuando disfruto el café vespertino, ése que llega para asesinar mi calma y sacarme del letargo monótono en el que siempre me encuentro, causándome un huracán de emociones.
Tu recuerdo, el generador de mis silencios y mis miradas dispersas. Ese estúpido que acompaña mis tardes de soledad, la misma que llegó gracias a tu ausencia.
Tú recuerdo, ése que me despierta en las madrugadas para obligarme a soñarte con los ojos abiertos. El que me tortura haciendo que me pregunte con quién estás, quién te abraza cuando tienes frío o quién te consuela en un mal día.
Tú recuerdo, tu etéreo recuerdo, el que me mata, me reaviva, me fortalece, me debilita... El que me recuerda que tengo un pasado, el que me dice que un día utilicé el corazón para otra cosa más que bombear sangre, algo tan sencillo y tan complejo como amar, por ejemplo... Tu recuerdo... El que está gustoso de hacerme sufrir, el que no me deja en paz, el que me rompe en pedazos.
Edith Aguilar
@CerezoRosa_
http://elalmadictaelcorazonescribe.blogspot.mx/
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