Se siente como si pesara, se siente ligero, se encuentra en lo que no es pero si queremos ver, tan inoportuno pero siempre llega.
A veces llega exacto; a veces llega inesperado; a veces es tan corto y tan intenso como un suspiro. A veces se queda y se transforma o simplemente se va.
Se ve en los ojos, se traduce en la sonrisa. Se aprieta contra el alma para querer tatuarlo, pero siempre se irá aunque sea innecesario.
Su presencia es tan evidente que desgarra corazones. Vuelve locas a las personas. Es una droga peligrosa que poco a poco se aprende a consumir.
Se puede desgastar pero jamás acabar. Cambia de manos, de razón, cambia de cuerpo y es la misma sensación. Primero o último, de un vistazo o de un largo tiempo, dura lo necesario pero jamás es insuficiente.
Sin él nada sería posible. Es motor y combustible. Es pasión y paz. Es cíclico, como todo. Pero todos y cada uno de nosotros vamos en busca de él todos los días.
Dentro de la cama, se mete hasta las entrañas, dejar que toque el alma no debe ser de piel, sino de palabras, que llenen más que los excesos del placer.
Ahí dentro, es experto en la aleación. Da rienda suelta a la ternura, a la lujuria. Se torna dulce y se torna violento. Sabe embriagante con caricias y uñas.
Te llena, se fusiona, se le escucha sincero y deja marcas que delatan, pero nada delata como la sonrisa que se pinta después de haber jugado a buscarle forma a lo que tiene.
Casi siempre es mal entendido. De muchas maneras puede parecer traicionero, desde cuando viene de la mano del egoísmo o la indiferencia y hasta en su forma más pura.
Lo encontramos en lo que queremos, ignorando lo que tenemos. Se insiste en una forma, humana casi siempre, pero está más allá de un cuerpo.
No nos acordamos que una gran parte está dentro de uno mismo. Quien la encuentra afuera es el propio reflejo del que está en su interior.
Insistimos en repartirlo cuándo deberíamos de quedarnos con algo para nosotros mismos.
Y es que el amor no tiene manual ni instructivo. El amor cuando se descubre y se reconoce no queda mas que vivirlo y dejarse morir en él.
Sin forma ni molde, el amor es eso que encontramos sin realmente conocerlo.
martes, 22 de octubre de 2013
¿Qué forma tiene el amor?
Val y Ana
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