Sabes pedazo de mi alma, ellos también tienen un
corazón
abstracto
que les late, ellos también conocieron el amor de su
madre,
de su padre o de la abuela Chenta, ellos también
acariciaron
a un gato hambriento en su niñez y dejaron que
amablemente
él les rasgara las manos.
Sabes
pedazo de mi alma, ellos lloran en las
noches, sufren en
las
madrugadas y se levantan de un solo brinco a las cinco de la
mañana,
sabes pedazo de mi alma, a ellos su corazón les habla
cada
que deben de ir a los once pasos,
pero
su deber, su seriedad programada y sus cuentos,
les
ordena: dispara.
Miriam Ochoa
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