De saber perfectamente que te amo, a no saber qué pensar de ti, ahí estuve parado en esa tan mencionada línea que divide el odio del amor, fui privado de mi libertad, perdí mi derecho a elegir, en total oscuridad con mis ojos vendados y dando vueltas esperando caer del lado correcto, era cuestión de azar, al parecer era cuestión de esperar.
Pero cualquiera que fuese mi destino jamás olvidaría esa sensación de estar parado ahí, a veces anhelando ir hacia un lado y al mismo tiempo siendo por el otro arrastrado; Atrapado entre las dos fuerzas más grandes que pudieran existir, rodeado de personas que ahora son solo gente, de amigos que se volvieron tan solo un espejo, espejo que ahora al verlo se convierte en el único capaz de entenderme; A tales fuerzas pude resistir, a tan intensas gravedades soporté el tiempo suficiente, hasta que termino al fin y entonces me dejaron ir, fue cuando sentí que pude escapar, pero…
Hoy me siento diferente, creo que no soy el mismo de antes, al parecer pagué un alto precio, ciertamente tuvo consecuencias mi estadía en tan extraño lugar, y es que tal polaridad corto mi alma en dos pedazos, convirtiéndome en el hombre que sabe lo que es amar, y que tristemente también lo que es odiar con la misma intensidad, quizá esa no era la única forma de salir, pero si la única forma de sobrevivir, ahora la línea la llevo siempre conmigo, ahora soy el hombre de la línea divisoria…
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