Si en lugar de secarme las lágrimas, hubieses llorado conmigo. Si en vez de alejarte hubieses dejado que me quedara contigo. Si me hubieses dicho dos palabras a tiempo, en vez de decir tantas que significaron nada. Si hubieses tomado mis manos y estrechado mi cuerpo junto a tu cuerpo. Si esa noche te hubieses quedado conmigo. Si no me hubieses mentido. Si en lugar de hacerme llorar hubieses reído conmigo. Si fueses un poco menos presuntuoso y poquito más atrevido y si hubieses visto y oído y comprendido lo que yo te dije que era verdad en ese suspiro, no estarías ahora ahogándote en tus lágrimas. Tal vez no estaríamos lejos y diríamos todos los días lo necesario. Quizá estarías esta y todas las noches durmiendo en mi cama. Acaso habrías vivido, porque vivir es atreverse. Pero ya ves: hay demasiados “si” en esta historia como para poder contarla.
Nadia Lizette
hermoso!
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