Tratando de hacer tributo a la esperanza había colgado tu recuerdo con un segurito en mi corazón. Por algún motivo el día de hoy se desprendió y se fue volando, pasando por lugares muy bellos hasta que una nube lo envolvió y se convirtió en lluvia.
Esa lluvia de tu recuerdo era muy cálida, y pude observar como mojaba otros lugares, otros cuerpos, otras esperanzas, tocando terrenos fértiles y ayudando a crecer a las flores más bellas. Inevitablemente dentro de mí empezó a llover.
Después de llover torrenciales por dentro de mi cuerpo, llegó un día la calma y fue entonces cuando me di cuenta que te dejé ir. Esa lluvia había formado en mi corazón un vacío cristalino que hizo tan bellamente intensa la melodía de su latido, una oda a su libertad.
Veros Ruiz
@labios_humedos
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