Intenté sembrar el amor en tu corazón, no pude; porque todo el que antes anduvo en él, lo hizo férreo como una roca. Pero yo seguiré sembrándole mis semillas de amor y cada ave que decida llegar hacia ti, la espantaré; para que no se lleven en su pico mis esperanzas. Con mis lágrimas a diario regaré tu alma; y poco a poco la haré dúctil. Día a día limpiaré tu entorno de piedras y espinas para que logres crecer, sin alarmarte por cosa alguna y puedas exiliar raíces; y des fruto en abundancia a ese sentimiento y cuando empiecen a nacer mis áridos alegre sonreiré, yo sonreiré. Te enseñaré a timonear en la embarcación del amor y mi esperanza te otorgaré, para que sirva como tu áncora en momentos de tempestad y no naufragues hasta el final del sentimiento. Y al comienzo de este amor, amándote y amándome; un paraíso surgirá y con él un manantial de amor; para que vuelvas a tener fe. Y creerás en mí, en el amor; en ti. Yo te amaré, te haré cambiar; y así vivamos nuestro amor fértil. Roberto Becerra @OscuroPesar
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