Te hablaría del silencio que está gimiendo tu nombre,
de la sombra quebrando el espejo.
Y de ésta que soy yo. A veces.
Te hablaría del vacío que abre la boca y devora todo,
del final de esta tarde.
De éste calor extrañándote.
La brisa es un leve susurro,
tiembla al menor roce de la piel,
mientras varias sonrisas adornan notas desgastadas.
Aquí las luces bailan lejanas,
en una caricia última; desde éstos ojos,
puedo ver como le hacen el amor al cielo.
Inquietante es el azul que tengo bajo mi falda,
como cuando el vacío parece llenarlo todo,
miro mis manos deseando un poco más de nosotros.
Soy una pausa y tú la tormenta,
puedo sentir como crecen tus pasos,
aquí, el tiempo está tragándome la angustia.
Alma E. Palma
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