Querido compañero y amante:
Sigo mi viaje, y voy encontrándome en cada paso; siempre que me cruzo con un espejo, mi imagen va tomando más forma, ya no soy sólo un borrón.
Tu figura, tu olor y tus palabras, siempre tan bien formadas, tan presentes como el aire, se van desvaneciendo; parece que ya sólo cobran vida cuando te escribo estas cartas y me pregunto si no va siendo hora de romper esta promesa.
Eres pasado, eres experiencias vividas y eres parte de lo que hoy me hace ser yo misma. Pero siempre serás pasado, historias que ya me he leído, cuentos para no dormir.
Yo soy presente que dibuja esperanzas y crea mundos nuevos aún por explorar. Soy mi propio destino y tú ya no estás en aquí. YO NO TE QUIERO EN AQUÍ.
Eternamente tan desesperada como despertada,
Tus lazos desatados.
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