Surco el cálido aire de tu aliento,
escribo con la caricia de mi voz el deseo;
murmullo que se posa a la orilla de tus labios de dulce carmesí.
Espero en el silencio mientras inhalo el perfume de tu piel;
gotitas de tu ser asoman desconfiadas por los poros,
me miran tras la puerta,
susurro a sus oídos y vuelan impetuosas;
despliegas el aroma de la vida,
Al fin abres la puerta a tu infinito espacio.
Me escribes poesía con el vaivén de tu mirada y
tu dulce aliento me encuentra en aquel sueño
donde permanezco solo a causa de tu ser.
Nilza Vargas
Twitter: @Plavalagunazul
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