Se me acabo el ron y el café ya no tiene sabor.
Amante.
Ven.
Ábrete paso entre penumbras y asombra este día que parece no tener futuro. Paga dos monedas al barquero y pide que te traiga a mis brazos, que se descomponen con tu ausencia.
Amante.
Ven.
Entrega tu alma y deja que mis caricias te envuelvan que ya no hay ron y lo único que queda es el cafe de tus ojos.
Amante.
Ven.
Solo tu puedes sacarme de este infierno que Dante escribió para mi.
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