martes, 24 de julio de 2012

Aves y Árboles


Eva, ya ve.
Eva, usa, ama.
Allá conocí, reparo llevará.

Ríase, dará pase, bondad es él, obra.
Se va, sala su cifra dama, ¿no?
Pájaro hará más, Eva.

¿Aves o nido?
Se eco, no calles arte.
Lo vi, lo sé.

Así letra paseo dinámicas.
Él obra usa, se va.
Sí, esa ave lleva a seis aves a su árbol,
Esa cima nido es, aparte lisa es.

“Olivo, letras ella conoce”
Eso dinos, Eva.
Aves amar, ahora Japón ama.

Dar ficus a las aves.
Árbol es edad, no besa para desairar ave.
Llora perico, no calla, ama a su ave.

Eva, ¿ya ves? Él obra y se va.


Por Pepe Aguilar Alcántara
@PepeAA

Heridas



(Cadáver exquisito)







- Soy el viento que revela lo que fue cubierto por el polvo.

Rastro de tierra en el tiempo, como una herida seca.

- Mujer de pies descalzos y sonidos pertrechados en la arena.

No sé si vuelvas a reavivar de estas cenizas, el fuego.

- El cielo es un techo adornando la punta de mi lengua.

Más no sé si las horas nos aguarden.

- Una voz interior enloquece los tímpanos, vientos aullantes agitan a la bestia.

¿Serás gota de agua que derrame el estanque?

- Con los ojos sabor nostalgia y un poco de ayeres en la palma de la mano.

¿Serás nube? ¿Vendrás de prisa?

- Me invoco como un algo que desde adentro se rompe.

Mi espejo se empaña de ausencia.

- La noche crece desbocada, y un nudo imperceptible gime, lleno de universo.

- Cierro los ojos y te respiro.

Guardo esta agonía en un páramo de sombras.





Alma E. Palma

y

Claudia Yenisey

Prohibido rendirse

Zona en construcción.




No sé si todo el país, pero al menos tengo la claridad de que algo estamos construyendo y más que construyendo es reparando, arreglando, adaptando nuestra falsa, secuestrada e inservible democracia desde donde se debería hacer: desde el pueblo, desde esa gran masa de opiniones incongruentes y poco controlable pero que bien sabe que algo anda mal.

Una marcha no sirve de nada, mas que para evidenciar más claramente algo que se sabe, como si se gritara un secreto a voces. Quizá por eso no apoyo las marchas, sin embargo fui a una y me gustó en cierta manera porque me quedó claro que muchos sabemos muy bien lo que no queremos, tal vez algunos no sepan lo que sí quieren pero al menos es un comienzo, es como la adolescencia de nuestra democracia y como su nombre lo dice es la parte del crecimiento que se adolece.

Creo que comencé a tener ganas de participar al entrar a trabajar al gobierno y mirar como no se puede hacer mucho desde dentro del mismo por cambiar las cosas, me jodió ver a mi figura política agacharse porque una más grande se lo pidió, la vi rendirse por continuar, por sobrevivir. No se vale que los acarreados cuenten como simpatizantes. No se vale que un político sea fuerte por la cantidad de acarreados que puede llevar. No se vale que si la mayoría de la gente no tiene suficiente claridad mental decida quien nos gobierne. Como lo dije en tuiter: si ganó Peña Nieto es porque en éste país hay suficientes pendejos como para chingarnos a todos. Pero por algo se empieza, creo que si todos los partidos que hoy existen no nos representan pues hay que crear uno nuevo, hay que aprender de política buena y mala para a la mera hora no agacharnos y agarrar un buen apoyo para aferrarnos al camino y para impulsarnos adelante.

De chavito cuando iba en la primaria y me tocó ser abanderado comprendí un poco lo que pesa físicamente la bandera y también emocionalmente, es una carga, una buena y pesada. Se me cansaban los hombros, era difícil caminar con el portabandera y manejar la bandera cuando el viento soplaba fuerte.Pero valió la pena porque uno aprende a querer el espacio que ocupa y a defenderlo, porque no es sólo mio, es de todos los que estamos y estaremos, aprendía ser responsable más que nacionalista empedernido.



Hoy sé que quiero mucho a mi país y a su gente ( no a toda) y que quiero dejar un país mejor para mis hijos que el que me tocó y que le voy a entrar a lo que crea necesario y ético/moral.

En lo que se convierte la distancia



(Daniel Danger, I'm not aware if you're aware of what a distance can become)


     Me encuentro de pronto en un mundo que resplandece. Lugar viviente, unido a todos mis sentidos.
Dormido entre el follaje, sueño árboles que brotan de mi espalda. Árboles que abren veredas en mí, y trazan caminos por los que pasa el recuerdo de días grises y mojados. Sueño también que de tus pechos crece yerba fresca, donde me alimento. Estoy al final del túnel de mi vida: veo el resplandor de una luz que no hiere, y algo me dice que no estoy solo. Levanto la mirada y te veo sobre un puente de piedra. Pero muchas veces te he confundido con fantasmas. Espero que esta vez no saltes, que no saltes nunca. Ni siquiera hacia mí.



Sombra retratando paisaje.

Ella

Foto: @AdrianaReid

Despertó otra vez por la mañana y deseaba la noche para volver a verla. La que en sus días de soledad y de tristeza lo esperaba para envolverlo en su manto y entre la obscuridad, se olvidase de su realidad. La que en sus días más felices lo dejaba descansar entre sus brillantes pupilas. La que lo esperaba todas las noches, iluminando su rostro a pesar de cualquier tristeza o felicidad, ante la dicha o la adversidad; era ella: La Luna.

Rubén Pérez Figueroa
@23RubyZ22

Pasado luminoso.

Diez cosas


I
En la punta de la mirada
se ven 
todas las muertes
pasar.

II

El color púrpura por ejemplo,
tiene dentro
un corazón
desafinado.


III
Ningún árbol
mira hacia el cielo,
sus ojos pesan mucho.


IV
El mar tiene las aguas
afiladas,
quiero 
cortarme.


V
La música decide
salirse 
del tiempo
y vivir aquí.


VI
Yo soy mi guitarra
y me toco.


VII
No tengo miedo,
compraré 
un poco.


VIII
Dormir es irse
un ratito,
a donde nadie puede vernos.


IX
La lluvia
no necesita 
explicarse,
habla muy claro.


X
Los gatos
tienen
el alma en el maullido.


Despoblados


El mismo bar de siempre, la misma hora, los mismos amigos que suben las escaleras portando un café cada uno y se sientan en los sillones del reservado de arriba, completamente solos, la camarera ve distraída la tele.

-Ufff… quema.
-Lo sé, siempre hace lo mismo, yo no sé por qué venimos a ésta cafetería sabiendo que la camarera es una manazas. Seguro que además está asqueroso, como siempre.
-No te pases, pobrecita, aunque es verdad.
-Oye, ponte para allá que desde aquí no veo la calle.
-Espera, espera, que me tiras el café encima.
-Da igual, si acabaremos dejándolo entero. Tú échate para allá que lo que quiero es ver si pasa Jorge, que me dijo que sobre esta hora había quedado con Inés y vive ahí enfrente, si pasa, lo veo.
-Qué perra te ha dado con Jorge, pero, ¿A ti que te importa si ha quedado con Inés o con quién sea?
-Sí me importa, siempre está pavoneándose de lo que liga, de lo que hace, y ya sabes que yo pienso que todo es mentira, que se tira el rollo. No me lo creo y si no lo veo pasar lo confirmo.
-Mira que eres estúpido, déjalo con sus historias, sean verdad o no, siempre te obsesionas con las cosas. La última vez fue con Marta. Te obsesionaste con que había sido ella la que te robó la cartera aquel sábado, en el cumpleaños de Jesús, y estuviste casi un mes detrás de ella, presionándola para que confesara. Y resultó que la cartera estaba en el bar donde estuvimos, guardada por la camarera y con todo intacto, hasta el dinero. ¿No te hace replantearte eso que muchas veces te equivocas? Es más, yo creo que sabes que te equivocas pero necesitas tener una guerra abierta con alguien y sigues el rollo por no aburrirte.
-La verdad que algo de razón tienes. ¿Te acuerdas de la cara que puso Marta cuando en medio de una clase grité: -¡Pelona ladrona!? Todavía me río al recordarlo. Pero es verdad David, sí que me obsesiono un poco con las cosas que no deberían obsesionarme, pero qué le voy a hacer, me aburro. Este pueblo de mierda es un asco y algo se tiene que hacer para que el tiempo sea más divertido.
-Ves, ya estás otra vez, cuántas veces te he dicho que lo ves todo diferente, muy complicado. Aquí se está a gusto, yo estoy a gusto, me gusta éste pueblo, quiero vivir aquí y no te entiendo Diego, para nada, te lo pasas bien, tienes amigos, una vida social, intelectual, hasta sexual amplia e interesante, y con esa cara jajaja. Fuera bromas, no sé de qué te quejas, este lugar es tan bueno como cualquier otro.
-Sí, lo sé, pero está muerto, es un callejón sin salida. Cada día hay menos gente, todo el mundo se marcha y sólo queda gente mayor que lo tiñe todo de un color gris. Yo no quiero acabar aquí, aburrido, sin ganas de hacer nada, como todos esos señores que sólo hacen que pasear arriba y abajo sin nada que hacer porque no hay nada que hacer en estas calles, es un desierto. ¿Qué se puede hacer? Si hasta los mayores se aburren, nosotros que somos jóvenes, no tenemos otra solución que irnos a un lugar más grande, donde encontrar trabajos que nos emocionen, donde podamos relacionarnos con gente que tenga otros intereses que no sean los que tenemos aquí. Porque a ver David, ¿Qué es lo que vas a hacer tú con tu vida en ésta cárcel, en esta jaula entre montañas que no nos deja ver más allá? Porque existe otro mundo que vibra, está vivo, un mundo que yo quiero explorar.
-Diego, estoy de acuerdo en la mayoría de lo que has dicho. Éste pueblo cada día está más muerto, pero es por gente como tú, que un día se levantó y creyó que irse iba a ser la solución, pero no Diego, eso es un gran error.  Yo aquí es donde me siento vivo. Tú crees que debes marchar porque hemos crecido con esa coletilla en nuestra cabeza, “Aquí no hay nada para los jóvenes, lo mejor será marchar, buscar trabajo fuera y vivir la vida”. Todo eso es lo que hasta nuestros propios familiares nos han repetido una y otra vez desde que éramos unos canijos. La verdad Diego, es que yo me siento parte de esto, del paisaje, de la forma de vida, no encuentro ningún interés en la vida en una gran ciudad, está desnaturalizada, es fría. Ya sé que el rollo de que aquí todo el mundo sepa todo de todo el mundo es un poco molesto a veces, pero si lo piensas bien, es una forma de comunidad muy agradable, nos convertimos en una pequeña tribu y no estoy con patriotismos baratos, porque sabes que no soy de ideologías, soy de tierra y ésta me gusta, me acoge y el pensar todo el día en lo que no tienes te ciega, te enferma.
-Sí David, sí, pero ahora piensa; tú eres gay y aquí nunca te trataron muy bien que digamos, ¿verdad? La comunidad,  “la tribu” como tú dices es la que un día te dió la espalda, te rechazó, te apartó y hasta hace bien poco no estabas a gusto aquí. No entiendo que, precisamente tú, tengas tanto amor por un lugar, unas personas que te trataron tan mal.
-Eso es verdad, pero ¿Qué hubiera cambiado de todo eso si hubiese vivido en la ciudad? Estoy completamente seguro que hubiera tenido el mismo rechazo, porque eso es miedo y el miedo es inherente al ser humano, miedo a lo desconocido. Todos somos los mismos, vivamos donde vivamos. Todos llevamos aún un mono primitivo viviendo dentro de nosotros, eso son los sentimientos, no los podemos manejar, cambiar, utilizar, porque son así, primarios, vivamos rodeados de montañas, de agua, de edificios todos llevamos el mismo patrón interior que nos hará reaccionar igual en un lugar o en otro.
-Pero hubieras conocido a más gays y te aceptarían.
-Diego, mírate.
-¿Qué, qué tengo?
-No, no es eso, lo que te quiero decir es que, mírate dónde estás sentado, pegado junto a mí, hablando tan tranquilamente. ¿Acaso tú no me has aceptado? ¿No somos todos amigos que vemos más allá? De verdad crees que encerrarme en un gueto por obligación, por miedo al rechazo es una buena forma de vivir, una buena solución. Todo esto explica bien lo que te quiero demostrar. El pueblo no está despoblado, lo están las personas, tú mismo estás despoblado. Me acabas de poner el mejor ejemplo, crees que me hubieran aceptado en la ciudad pero no te has parado a pensar que a mí ya me aceptaron aquí, entre ellos tú, que eres mi mejor amigo. ¿Te das cuenta, Diego? Eso es lo que te quiero decir, piensas algo que lo tienes automatizado en la cabeza pero no es real y lo peor es que toda esa educación que te han metido a presión no te deja ver la realidad. Para mí eso es lo muerto, lo despoblado. No veis que aquí se vive bien. Claro que se pueden mejorar millones de cosas, pero si nos vamos todos ¿quién lo hará? ¿De verdad dejarías morir éste lugar?
-Ya no sé David, siempre que nos ponemos serios me haces comerme mucho la cabeza. La verdad que ahora sí que me has pillado en eso de que no veo la realidad. Tienes toda la razón, me he cegado en que sería mejor vivir fuera e igual me estoy perdiendo mucho de aquí, pero una cosa te digo, no me puedes negar que el futuro laboral para nosotros en este pueblo es escaso por no decir inexistente.
- Si, ese es el mayor problema, pero para eso somos jóvenes, para pensar, para crear ¿no? Pero debemos ayudarnos a ir en la misma dirección porque si cada uno va por su lado esto nunca se arreglará. Tenemos que dejar de estar despoblados por dentro para poder poblar la tierra que nos ha visto crecer.
-Vale David, lo que tú digas, la verdad que ésta tierra si nos ha visto crecer y nos lo hemos pasado muy bien, pero ahora tenemos clase de inglés por lo que puede esperarnos ¿no? Creo que no se irá a ningún sito. Anda vamos.
-¿El café?
-Jajajaja, bébetelo si quieres.

Los dos amigos se levantan dejando las tazas de café intactas y en el mismo lugar que hace veinte minutos, pasan junto a la barra y despiden con una gran sonrisa a la camarera, se colocan los abrigos y salen por la puerta. Siguen hablando de algo que ahora no llegamos a escuchar. Seguramente hablan de cosas insustanciales, igual de Jorge y su cita misteriosa, igual del tiempo, del último examen o de la última fiesta, igual siguen hablando de sus miedos.

Julio Muñoz

Usted dice que el espacio se mide en deseos de verme‏



Usted dice que el espacio se mide en deseos de verme y no encuentro la fórmula algebraica para refutarla, aunque en el fondo, sepa que miente; así como usted no podrá desmentirme cuando digo que de silencio y distancia se alimentan las ganas o se mueren de hambre. A las suyas las veo muy bien alimentadas en otros arboles.
Acá entre nos, la distancia es solo pretexto para acariciarla con los dedos de la imaginación, como el silencio es solo su excusa para negar que encabezo su lista de venenos por probar. No mentiré en algo, tiene los silencios más hermosos del mundo, para robárselos por las buenas o por las malas.
Aunque evite sus ojos de luna, nada impide el rayo sensual de su mirada en Instagram o por debajo de mis párpados cuando pensarla no quiero, ni debo. ¿Y ahora que lo pienso, por qué le estoy hablando de usted?, usted lo sabe y lo sabe quien esto escribe, yo puedo hablarle de usted, incluso cuando mi lengua esté de irrespetuosa donde brotan sus piernas y le rompo de una sola vez, todos sus silencios y despistes.
Ahora que salen al tema, sépalo, que como yo, nadie le haría nudos gordianos a esas piernas de audífonos de bolsillo que la cargan a todos lados. Si las matemáticas no se me dan, el derecho menos, yo con usted, llevo todas las de perder, me gusta bien y bonito, como que en el infierno, todas las sonrisas son como la suya y he dejado de llamar infierno a nada que no tenga que ver con su nombre. Dicho sea de paso, ya no hay cielo si no está reflejado en sus rendijas de luna.
Dejaré de hablar de usted y empezaré a hablar de ti, que para eso duermo y muero, porque de nacer, nada, lo haré cuando le quité tu nombre a lo imposible. Cuando llegue la hora de coquetearnos menos y toquetearnos más, sin tantas letras de testigo. Dicen los que saben de distancias en espacios redondos, que caminando en sentidos opuestos también podemos encontrarnos, aunque nos tardemos más, aunque en el camino las miradas se extravíen en cualquier laberinto de falsos amores.
¿Te han dicho que estuviste a un tornillo de nacer en un manicomio?, bonita te verías escribiendo con camisa de fuerza y café todos los días. Si estás medio loca, escribes bonito y tienes los labios mordisqueables, no soy responsable del infierno que se desate entre nosotros si un día nos vemos, ya no se diga cuando llegue aquel nuestro primer beso. El castigo de robarte ese primer beso, porque así es como deben ser los primeros besos, será no poder evitar preguntarme qué sabor tienen tus otros besos. Tu castigo será, porque no hay otro castigo para quien se niega a caer en mis brazos, haber desperdiciado tanto tiempo en otros labios.
De mis labios aprenderás, que hasta la mordida más leve enciende llamaradas y sabrás que aparecí en tu vida para desaparecerlo todo cada vez que irrumpa en tus entrañas, cuando cada noche juguemos a matarnos sin hacernos daño al borde de la cama, a desangrarnos en agua y abrazos, a chuparnos las ganas alternando el vuelo del colibrí con el vuelo de la mariposa enamorada. Voy a conquistar el filo de tus navajas con mi espalda o moriré noblemente en el nudo de tus piernas flacas y si tus piernas no se están quietas, tendré que atarlas a la cama y taparé tus ojos rasgados para que de plano no tengas más armas en mi contra que el gemido de tu garganta. Aprenderé que hay viajes que no importa el sentido, siempre y cuando el destino sea el mismo. Lo aprenderé en tus piernas, Mujer.
Ya mejor le paro a mis letras, que de infinito se visten los minutos cuando se vive tan lejos. Esta noche, deja la ventana abierta y las piernas cerradas, yo me encargo de poner todo al revés. Yo voy a dejar la mirada en el horizonte, por si decides volar hacia mí.

Esbozo

Disfrutar la danza de las cortinas blancas de mi ventana acariciadas por el aire tibio del verano. La luz del sol en ocaso juega con ellas, trata de tocar mi rostro pero ellas no la dejan; apenas se lo permiten y yo me entretengo observando, río. El viento roza mi piel, los destellos tornasol van y vienen; el juego continua, mientras, las sombras en mi piel van apareciendo lentamente… el sol se ha cansado de jugar.


Nilza Vargas
@Plavalagunazul

La huída


Y salí corriendo sin rumbo,
llorando por dentro,
con el corazón en las manos en cachitos,
con la esperanza fracturada en las espaldas.

Y salí corriendo con tu amor en otros brazos,
con mi amor atorado en el pecho,
y la garganta con un nudo,
queriendo gritar a los cuatro vientos.

Y salí corriendo con un futuro opaco,
caminando entre lodo y piedras sin ninguna mano,
con la soledad a cuestas y el dolor como aliado,
y la huida en este caso fue mi mejor acto …

Veros Ruiz
@Veros_Ruiz
http://angela-natalia.tumblr.com/

Nada

Repasó lo sucedido una y otra vez. Algún cálculo falló, algo salió mal; parecía imposible cuando hablamos de las mentes más brillantes y capaces que había en su planeta. La trayectoria y la fuerza que se le imprimió al salir parecían los correctos, carecían de fallos evidentes y así con seguridad se lanzó hacia el espacio exterior. Lo mandaron a un asteroide que no le correspondía. Estaba perdido en un lugar sombrío, temeroso de la nada en la que se encontraba y de las sombras que simulaban excéntricas figuras y viejas pesadillas que alguna vez lo acompañaron.

Sus amigos en la base ya no respondieron. Tal vez estaba demasiado lejos, ahora la nave estaba descompuesta y era muy tarde para echar el vuelo hacia atrás. La radio lo dejó incomunicado, el ruido interfería. La noche azul le dejó una espesa lluvia a su paso y ya no hubo manera de regresar a casa. Como si ya no hubiera una casa a la cuál volver.

Y allí varado se quedará dando vueltas en el silencio, con la nave descompuesta y el corazón dislocado.

—Este no es mi mundo—, se repetía. —Aquí no hay lunas ni pequeños astros que merodeen en silencio mientras los veo con ternura.

Entonces se echó la cobija encima y se dispuso a dormir, esperando algún día convertirse en polvo de estrellas, formar parte de esa nebulosa de colores hacia la que flotaba y así de la nada, convertirse en nada.



Juan De León
@escarchatron
http://escarcha.tumblr.com

Real

Abro los ojos:

Soy esa pregunta para todo el mundo: ¿Qué soy?, más no soy la respuesta que imaginas.

No es que busque que soy, busco que ser.

Un momento detenido en tus brazos, un niño u hombre que puedas tomar.

No me conoces, porque aun no estoy aquí.

Y yo deseo ser real, tocar cosas que no siento, detenerme y sentir que te pertenezco, decirle al mundo que no me conocen, porque aun no estoy aquí.

Tu que has visto que ellos no ven, quiero decirte, no estoy asustado, deseo decirte quien soy, porque no puedo desaparecer sin decirte que soy.

Nadie puede decirme quien soy, porque no soy lo que ellos en, mientras el mundo siga durmiendo y yo me mantenga soñando, sus palabras susurraran.

Deseo ser real, tocar cosas que aun no siento, porque soy el único que estoy aquí sin saber si soy real, solo estoy aquí por un momento real.

Pablo
@PabIoC
http://uncoyotemas.tumblr.com/

Yo abrazo

Un roto en el espejo.



El despertar fueron pasos sobre un reflejo de papel de arroz. Un día más en que la luz artificial de un bombillo difuminó hasta esos bosques serenos acunados en las esquinas donde descansaban mudos del movimiento. La luz, un grito proveniente de una garganta lumínica en la que su oscuridad radica en su incandescencia, dije, mientras mis pupilas se dilataban pasando a ser una par de pequeña islas naufragando en las formas que dictaba el espejo, ese estanque quieto fijado como ventana hacia lo que se devuelve. Despejo. Miro como una sombra a la que se asoma-a un mar fijo y vertical colgado sobre un rumor pétreo que ha heredado el silencio ancestral de una piedra informe.

Al volver de la atemporalidad de ser esos y sus marañas, logro enfocar las estrías que a primera vista parecen alojarse en el espejo. Lo roto. Aunque extraño, no paso de fruncir el ceño debido a la extrañeza de aquel evento y me pregunto, ¿Qué diferencia hay entre lo que ahora veo y el resultado de todos los que soy? Podría acostumbrarme a vivir con un espejo roto para poder dirigirme cada día a un fragmento diferente ¿En cuántas grietas nos trasformamos al momento de “darnos cuenta” y contarnos o-irnos descontando en cada interrogante?

Frente a todos en los que me observo, callo para escucharme. Una indómita curiosidad lleva la batuta en el movimiento que lleva mi mano en la misión de tocar las grietas que separa mi rostro y cuerpo entero en pedazos idénticos. Un cosquilleo ligero pero molesto se apodera de la parte de mi dedo que más próximo a tocar la superficie del fragmento al que se dirige, un vértigo en la punta de los dedos que se arrecia mientras más se acerca al espero roto.

Entre aquella tempestad de sensaciones, infinitas posibilidades revolotean como el exceso de aves encerradas en una jaula agitada por algún torpe y vetusto dios al que le divierte sentir el poder de alterar las libertades de quienes nacieron para ser aire. De allí se desprendía el sentimiento de que todo aquello fuese disfuncional, puesto que después de tocarlo, posiblemente todo terminaría en una mueca más de burla ante el reflejo, una media sonrisa seguida de algún sonido infraglotal que borraría todo y quedaría apilado junto a algún perenne rincón de la memoria.

Entonces pude sentir el frío cristal. La anormalidad de que no se hundiese, ni craqueara ante la presión de los dedos, entonces el valor de palpar con ambas manos se convirtió en desasosiego ante aquel mar petrificado con la esperanza, en última instancia, de sentir el corte que evidenciara que lo que se reflejaba era causa de la ruptura del vidrio frente a mí. Contrario a ello, permanecía liso, intacto, incólume. Al cabo de un instante, ambas manos olvidaron la posibilidad de los cortes que podría ocasionar los fragmentos, las mismas manos que escudriñaban eso que mis ojos aún no creían, esos trozos, estos pedazos, al fin entendieron, entendimos, que no había un espejo roto, sino un roto en el espejo.

Alexander Gnomo.

Errado hasta nuevo aviso.


Errado hasta nuevo aviso.

Despierto y la noche ya estaba en aquel patio mental en el que se aloja todo cadáver luego del ahora. Mi noche, claro está, no esa que ahora se hace peso sobre los párpados de aquellos al otro lado de la luz, esos que como pequeñas piedras frágiles, son llevados por un cauce, por una corriente que emana desde y tras la frente. No. Hablo de este retazo de sombra que es la noche entera cuando me arrimo a ella en plena vigilia.  

Entonces llega el peso. Me poso en mí y soy ese punto que se parte; un desierto que se despunta y naufraga en mi paso. 

En medio de ese silencio luego del despertar, ese que aún es del otro, me levanto, observo cómo se va desdibujando la silueta encima de la cama entre los fragmentos que la arbitraria luz dejó por doquier mientras el día se acomoda entre las esquinas. Así pasan segundos, minutos, días, esta vida y tantas muertes, siempre con la sensación de que aquella silueta entre sabanas no se desvanece sino que se levanta para reincorporarse a esta multitud, a esta grieta. 

Así este punto de fuga, este final y su eterno comienzo, lo sucedáneo de un errante ante lo esporádico, un errado hasta nuevo aviso.


Alexander Gnomo.






Es otoño

“Es otoño”





Tose, allá caer, atajo hace.
Sea, calle.


 Sí es, sal aroma ella te dará, dilo.
“Era hoja” Tal obra lee madera,
hoja bailó.


Esa ya, madre.
Se deja gota, flora dará,
dales a su manera cama de paz, agasajo.


Hojas agazapé.
Da, macarena musa se la dará.
Dar olfato, gaje de ser dama,
ya sé.


Olí abajo, haré, dame el árbol, atajo haré.
Olí, dará detalle amor a las seis.


Ella cae, seca hoja tarea calla,
es otoño, tose.



 Por Pepe Aguilar Alcántara

@PepeAA

Bar Vintage

Si cierran los ojos (si imaginan bien) podrían verme tomando mi café con leche a la mañana antes de entrar a la oficina. Es una de las cosas que más disfruto del día: ese breve instante de otra época, antes de meterme en la vorágine actual.

Esperanza

Es difícil recuperar la esperanza; mucho más cuando fue arrancada de golpe, pero también cuando ni siquiera se sabe perdida.
La mía volvió un abril que recordaste mi cumpleaños con un beso más tierno que un globo rojo, y partió otra vez con mi voz que temblaba de ira, y ese lacónico «No era importante» con el cual envolviste tu traición.
Regresó también un enero, en donde no podíamos parar de hablar y reírnos y sentir que el mundo era nuestro, que mi corazón explotaba de dicha, que el tuyo le hacía eco, que éramos un sólo sol en dos mares; volvió a desertar en un llanto que no lloré, y tu silencio sin explicación.
La vi volver en piyama y sorprendida, abrazada a tu cuerpo en un tobogán de manos, besos y miradas del cual no me quería bajar; se alejó en una mirada fría, y aquél «No sos vos» que me regalaste con filo de espada.
Volvió en tu «te amo» de manos fuertes, y se fue colando sin permiso en mi temor a sufrir otra vez, llenándome de risas las ganas, haciéndome creer un para siempre de cuento de hadas; se perdió en tu «No sé qué quiero» que me quebró las alas, que me dejó sin vuelo, que me dolió todo un cielo.
La esperanza no entiende tus idas y mis vueltas. Intenta quedarse desnuda en mis brazos, aunque seas vos quien la vista de adiós. Intenta encenderte los ojos, cuando yo los cierro harta del dolor.
Yo la imagino acercarse en un rostro sin nombre, y le pido al oído «No tardes tanto», y le miento al espejo que no la necesito.
La veo volver despacio, sonriente, besando mis miedos, borracha de sueños, con risa de niño, y tiene tu piel y mi color favorito; y dudo cada espera, pero no me resisto; y sufro cada punto suspensivo, pero todavía te siento el final correcto.
Sé que nos mira detenida y la miramos inmóviles; ya no sabemos si acercarnos, porque nos estamos quedando sin palabras y no queremos preguntarnos más; pero ella tampoco se aleja, tampoco nos deja.
A veces no puedo verla ahogada en mi pena, sabiendo la tuya, doliéndola nuestra; nos abisma apenas un paso, que no sé si nos acerca o nos aleja; es fuego si estamos juntos, y es hielo cuando volvés a dudar.
La esperanza nos es, aunque la neguemos cien veces. Está en cada letra no escrita, y en cada vez que te escribí. Guarda un tal vez en la mirada. Busca un quizás que le abra la puerta. No gana la batalla ni se da por vencida. Nos tiene y nos deja. No sabe morir sin renacer.
Esperanza, ¿Todavía nos ves?.

Prefiero pensar que no fue

Nadie te va a susurrar porquerías como yo
ni te va a acariciar el pelo y el cielo
en un solo ademán de pétalo y flor.
Nadie te va a regalar su luna y su ternura
ni te va a robar tu risa de chico
ni te comprará mi dolor.
Nadie va a saber jamás de algunas noches
que hicimos el amor sin tocarnos
tomando algún café, mirándonos.
Nadie te va a jurar un te quiero
ni te va a acariciar sin los dedos
en silencio o a gritos, como lo hice yo
No te van a besar tan despacio
Ni a morderte la espalda
Ni a pedirte más.

Y es rabia, lo sé
Y te miento y lo sé
Pero prefiero pensar
que es tan cierto
que nadie va borrar esta hoja
ni contará otra vez la historia
si prefiero pensar que no fue.

La incertidumbre es el pintor



Aquí me encuentro, estático.
Sin saber de dónde vengo ni a dónde me dirijo.
Con la incertidumbre, pintándome una falsa sonrisa en la cara.
Esperando la piedra que me haga tropezar, para por fin poderme levantar.

Soy Fernando.
Es todo lo que sé y todo lo que tú tienes que saber.

Eventualmente


He estado sin mucho que decir.

Estos últimos meses he intentado encontrarme a mí mismo, pues ya me cansé de buscar sin éxito a la persona indicada.
Jamás he puesto mis esperanzas o mi felicidad en alguien más, pero el ser humano por ser tan débil, necesita compañía, cariño y lealtad de una forma que la amistad no te lo puede dar.

Y en este momento, no tengo respuesta alguna a cualquiera de las preguntas que la vida podría hacerme. Y si muero hoy, estaría estancado por siempre en una de las pruebas más difíciles que he tenido que pasar. Pero sé que todo terminará... eventualmente.
Siento como si estuviera bajando de una montaña, con los ojos vendados y los pies atados.

Siento como poco a poco el viento me hace más lento. Las estaciones cambian sin atraso, pero yo sigo en el mismo lugar.

¿Conoces esa frustación? ¿Sabes de lo que te estoy hablando?
Entonces déjame decirte que no eres la única persona que ha pasado o está pasando por lo mismo.
Incluso yo, sé que no soy el primero ni el último en experimentar esto.
Supongo (y quiero creer) que es "normal".

He estado sin mucho que decir, pero eventualmente tenía que escribir.

Si me preguntas la hora, probablemente te diría que ya es tarde. Pero mientras vivas, aún hay tiempo para seguir.

Por ti soy agua


Este rostro que te llueve,
estas lágrimas saladas,
cuando necesitas más;
yo llevo mar a la playa.

Toda esta piel que se hace agua,
no se queda, se derrama.
Nace río, se hace boca;
donde la tuya desemboca
y fluye como cántaro de ganas.

Cuando mi mar se depone
y los barcos ya no allanan,
cuando las caricias secan
yo llevo agua a tu playa.

Y mil rostros tiene el agua,
como rostros tiene el alma
soy la nube que te abraza
con sus lágrimas calladas.

Soy tormenta con el cielo
soy la rosa en la mañana
que cae a gota de rocío
entre el pasto que te abraza.

Soy de tu mil humedades
la que tus labios abrasa,
son tus manos los cortejos
de la blusa con tus ansias.

Soy el charco que se instala
en tus pies por la mañana
soy la gota que se expande
y te entrega sus rubores
en la piel como en la cama.

Soy la playa que te habita,
cuando se encienden tus aguas;
soy marea con tus brazos
y tormenta que te nada.

Soy la nube que te besa,
cuando llueve entre tus aguas,
eres mar y mi tormenta
cuando extraño ser tu calma.

Y la ropa que te quema,
son también mi sed de agua;
aún desierta de poemas,
de tus manos y distancia.

Para eso vuelo letra,
vuelo pluma y vuelo agua;
para llegar a tus ojos
y bajar hasta tus ganas.

y beber de tus entrañas,
como vida bebe el alma;
como el cuerpo las paredes
de mi piel y tus espadas.

Y entregarte así mi piel,
desde la sed hasta las lágrimas.
Desde la humedad que quema,
hasta mi explosión de agua.


Silvia Carbonell L.


La luna disfrazándose de sol


Ana R.

Tu recuerdo a migajas



Esto es todo lo que cargo, y todo lo que tengo. Mucho de nada y muy poco de tus besos.


Muchos recuerdos, muchos no hechos. Pesa de más lo que no tengo.


Y el daño ya está hecho, has acabado con mis sentimientos. Pero eso no significa que no anhele de tu cuerpo.


Ese cuerpo que lo tuve pero no me perteneció, que lo llené de humedad dulce y salada. ¿Qué pasó que no pudimos ser, cuando fuimos tanto?


Te di todo lo que podía dar. A distancia y de cerca. Mucha pasión, mucho calor. Orgasmos sin final. Llenamos la noche de promesas a olvidar.


Llenamos la noche de gemidos mudos, de calor abrasador. Me dejas en vacío deseo.


Pero no dudaste en destrozar mi mundo y mi corazón. Pagando el precio estoy. Todo por tu piel y tus migajas de amor.


Y a pesar de mí y mí dolor, volvería a aferrar mi cuerpo contra el tuyo. Volvería a dejar que me rompieras en pedazos.


Sin importar lo demás, daría todo por otra luna en tu mirada. Compartiendo roces y la misma alma. Así sea para despedirme o hundirme más.


Me quedo con tu trozo, mediocre, pero pedazo al fin. Y me lo llevo puesto en la piel, ahí donde dueles, ahí donde me pesas.


Me lo quedo, para repetirte a diario en soledad. Viviendo noches de insomnio y dolor. Regrésame a los tiempos donde todo era mejor.


Donde estabas tú y nada mas. Los tiempos en los que el "nosotros" existió.


Fernando Ruiz y Ana Rojas