Miré a Julio directo a los ojos.
Miré a los ojos al niño que mira
desde abajo de esas dos cejas
que gritan España.
En silencio le pregunté que qué pasaba.
En silencio me respondió que nada,
que todo,
que qué si pasa todo
o pasa nada.
En silencio asentí.
En silencio asintió
mientras me miraba.
Sonreí en silencio.
Sonrió en silencio
como quien escapa.
Nos miramos a los ojos
mirándonos en distintas mañanas.
Le di un beso en la frente
y le dije vuelve a casa,
que esto es un sueño,
que esto nunca acaba.
Me dijo adiós con una sonrisa
que decía,
en silencio,
ya estoy en casa.
Rubén Ochoa
Casi lloro. Pero me lo aguanté como los machos.
ResponderEliminar¡Grande Rubén!
Hermoso. Excelentes letras, Rubén.
ResponderEliminarBello, bellísimo, aplaudo de pie.
ResponderEliminarMuack!
ResponderEliminarGracias, conejitos. :D
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