martes, 10 de enero de 2012

Eterno retorno

a N.

Pienso en Avey Singer cuando era niño, en el Woody Allen que se asusta porque el universo se está expandiendo y de manera estoica le da un alto a su vida. Como bien lo hubiera hecho Schopenhauer. Y es que, en nada difiere que existas o no, porque nada va a cambiar si te mueres ahora o en 10 años. O si nunca hubieras nacido.

Como aquel poema desgarrador de Juan Ramón Jiménez.

Es increíble, pero aunque no parezca, casi todo lo que vemos en memoria, es una visión Platónica que refleja la memoria viva, o semimuerta, de una memoria a secas. Las estrellas que miramos no son sino el rumor de algún sol que brilló ante otros, incluso puede que esa estrella ya no exista, y sólo veamos su mortecina despedida.

¿Habrá existido entonces en otro tiempo la misma historia? Esta pregunta seguro que hubiera emocionado a Platón. Pero entonces, no seriamos más que una duplicación, una re-lectura, como le hubiera encantado a Borges.

En todo caso, si es que somos un recuerdo, o una repetición y si no vamos a ser sino repeticiones, a mí me gustaría encontrarte todas las veces que vayamos a existir bajo otros soles y bajo otras lunas. Que si nos vamos a repetir infinitamente, quisiera que te volvieras a cruzar y nos volviéramos a ver. A cometer el mismo pecado una y mil veces, en un sol o en un agujero negro, en Puebla o en una galaxia tan lejana; cuando Puebla sea también sólo un recuerdo que miramos en el cielo, en forma de estrella. Y si no hacemos más que repetirnos, ojalá pudiera conocerte otra vez, aunque te vuelvas a ir.

Rafael Ugarte

2 comentarios:

  1. Genial Álvaro! Eso de "¿Habrá existido entonces en otro tiempo la misma historia? Esta pregunta seguro que hubiera emocionado a Platón. Pero entonces, no seriamos más que una duplicación, una re-lectura, como le hubiera encantado a Borges". Me pareció sublime!.

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