martes, 7 de febrero de 2012

Las gafas color marrón



Cada año para estas fechas nos visitaba un tío que vivía en España. A pesar de la
distancia, era mi tío preferido y lo esperaba con ilusión más que a los Reyes Magos (tal
vez porque sabía que lo vería).

Ese año, mí tío no llegó por problemas de salud; fue una gran pena para mí. Él era mi
amigo favorito.

Recuerdo que en aquella mañana, recibí una caja con procedencia de Barcelona, España.
En ella una carta y unas gafas.

La carta más o menos decía así:

Siento mucho no haber acudido a nuestra cita de aventuras; tal vez ahora no comprendas
los motivos de mi ausencia por tu corta edad, pero no te abandono totalmente. Dentro de
la caja encontrarás unas gafas color marrón, son mágicas. Y a ti, te concedo el gran poder
de estas gafas, confiando en tu responsabilidad que ahora adquieres. Con ella podrás
logar lo que desees.

Si me llegas a extrañar, póntelas y me verás, si necesitas ser invisible, póntelas. El día
que no temas, ese día estarás lista para salir sin ellas.

Acuérdate de cargarlas contigo y no olvides de soñar.

Al poco tiempo, mi tío murió. Lo lloré muchísimo.

Fui una niña muy tímida, así que casi siempre las usaba y tal vez a pesar de que mi tío
estaba ausente, yo lo veía cada noche para hacer travesuras.

Recordé esta anécdota con algunas lágrimas al ver las gafas en el cajón de mis juguetes
favoritos.

Justo ahora me las puse para redactar esto. Y recordé que aún sin ellas sigo soñando tal
como mi tío me dijo.


Bian


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