martes, 6 de noviembre de 2012

Sin ton ni son.






Hace un par de meses me dijeron bajo ningún fundamento científico que es muy probable que no llegue a viejo.

Y sí sentí feito, aun con todas las tendencias suicidas que traigo en la maleta y las tantas ilusiones de morirme de muchas maneras a cada rato, es que en verdad uno nunca tiene en cuenta que se puede morir en un ratito así sin más sin aviso ni premura, en un segundo una piedra, un auto veloz conducido irresponsablemente o un cachito de tostada atorado en el cogote. Uno nunca sabe pero sucede y a veces cuando menos lo deseas. Ése es el punto por ahora a pesar que de siempre quiero morirme, en éste justo momento quiero llegar a viejo y bueno sí, después morirme, aún quiero tener hijos y ser el padre condescendiente que sale a jugar con ellos y les enseña a andar en bici sin rueditas traseras, aquel que les enseña a hacer sus propios papalotes y a hacer el perrito con el yoyo y a maniobrar el trompo en la mano, eso quiero hacer y muchas otras cosas como amanecer más veces en quién sabe dónde y junto a quién sabe quién, publicar un libro de ideas sueltas que se parezca mucho a mi memoria olvidadiza y hacerme viejo muy viejo y contarle cosas a los chamacos sobre como antes existían los teclados físicos y como escribíamos con tinta y lápiz en papel hecho de árboles como el que traigo tatuado en mi brazo izquierdo.

Cuando estaba chavo como a eso de los 15 años y hasta hace unos meses pensaba que no iba a llegar a los 25, sin embargo llegué y bien, sano y salvo, con más capacidad de ser feliz y con un camino mejor planteado aunque sin rumbo aún. Tenía esa extraña sensación casi seguridad de que algo me iba a pasar  o que algo me iba a provocar quitarme la vida o que alguien me la quitara y yo dejarme, pero nada de eso pasó, ahora me acerco a los 26 con cierta extrañeza como si estuviera viviendo vida prestada y ahora pues la aprovecho mejor, total ya estoy acá.

Me pregunto muchas veces hasta cuando estaré por aquí haciendo lo que hago con la gente que me rodea, porque eso también es vivir, estar rodeado de gente buena o mala pero que te note que sepa que aún sigues por acá de pata de perro, porque uno puede matarse y seguir vivo el día que se encuentre totalmente solo por convicción.Pero sigo, sigo haciendo más relaciones, creando más redes, enredándome en más situaciones, viviendo pues. Porque al final todo se desvanece si no hay quien sepa donde caminaste, porque aunque pises muy fuerte y profundo el viento y el agua terminan por renovar los caminos.






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