martes, 6 de noviembre de 2012

Te busco en mis sueños y te encuentro dormida

Te busco en mis sueños y te encuentro dormida, tu cuerpo descansa plácidamente entre las sabanas, te observo de lejos de pies a cabeza, adivino tus formas debajo de la tela, por largos minutos te miro en silencio, me asalta la duda si estaré también en tus sueños. Me acerco despacio a tu cama, me muevo con cuidado hasta llegar a tu cara, tus labios se entreabren como esperando un beso, con dulzura los beso y te remueves inquieta, detengo mi caricia esperando tu respuesta, ésta llega por medio de tus brazos que se mueven en la penumbra buscando mi rostro. Cuando tocas mis mejillas tus manos se sienten como la seda, ávida retienes mi cara sobre tu cara por lo que renuevo mis besos mientras que empiezas a acariciar mi pelo, de ese negro intenso qué tanto te gusta, qué tanto te prende. Nuestros besos se intensifican al calor de nuestros cuerpos que sin saber cómo o cuándo ahora se tocan, tus senos desnudos se untan en mi pecho, siento su turgencia aplastarse sobre mi torso, mi mano comienza un recorrido de reconocimiento por toda tu espalda, se mueve con urgencia, con la prisa del deseo que me consume por dentro. Beso tu cuello una y otra vez, entrecortados gemidos escapan de tu garganta cada vez que el fuego de mis labios abrasan tu piel, voy dejando una estela de humedad al bajar hacia tus senos, chupo con delicadeza cada uno de ellos. Observo tus manos que se aferran a los bordes del lecho cuando mi lengua inquieta pasa por tu vientre, es tan solo el preámbulo de lo que enseguida me apresto. Deposito pequeños besos sobre tu pubis descubierto, la piel es ahí suave y con poco vello, respiro con fuerza para aspirar tu aroma de mujer, ¿sabes? me gusta muchísimo lamerte primero los pliegues de tus labios bellos y así lo hago. Con la misma lengua paciente voy abriendo el camino hasta llegar al botón de nervios que forman el centro de tu sexo, con la punta de mi pluma marco a su rededor círculos de lumbre. Taimado reservo mi contacto con él, disfruto encenderte hasta hacerte enloquecer, a ratos te chupo, a ratos te lamo, doy lengüetazos que te parten en dos o te lamo con ternura de abajo hacia arriba de un lado y a otro, tus pezones erectos son mudos testigos de la tormenta que azota tu bajo vientre, tu pequeño botón es ahora una flor que pide a gritos más de mi ardor, con cuidado lo meto en mi boca y lo beso con cariño, a mayor lentitud, menor es tu conciencia, tu espalda se arquea con cada lamida, quizás por eso tus piernas se cierran sobre mi cabeza, me gritas que pare y yo ignoro tus ruegos, separo tus piernas e intensifico el ritmo de mi lengua, el placer que nace de tu centro se expande por todo tu cuerpo, empiezas a venirte en un mar de lava hirviente que toca mis labios, que sacian mi sed.

Tu respiración agitada comienza a volver a la normalidad, por varios segundos tus piernas se quedaron flojas, levanto mi rostro y llego hasta el tuyo, deposito un beso sobre tus labios secos, los cuales humedezco ahora con tus propios jugos.
Tus manos guían mi cintura hacia arriba, con determinación la acercas a tu cara, lo tomas entre tus manos y lo introduces en tu boca, tu lengua lo siente y le hace espacio, con una mano lo sostienes y lo chupas con fuerza, mis nalgas se aprietan cada que entra en tu boca, sientes como se crece con cada chupada. Después de unos momentos lo sacas y dices en un susurro: “Tómame ahora, quiero sentirte dentro”, abres tus piernas y me acomodo entre ellas, tus manos lo guían hacia tu cueva bendita, con lentitud te penetro dejando que tus interiores se acostumbren al intruso, una vez dentro lo aprietas con vigor y yo inicio el vaivén exquisito…adentro y afuera…tu humedad y calidez me vuelven loco, loco de deseo…loco de pasión…loco por ti, siento las oleadas de placer viajando por mi epidermis, alborotando cada nervio al pasar por él, te tomo de la espalda y nos damos la vuelta, ahora estoy abajo y me cabalgas con determinación, con mis manos acaricio tu pecho, mientras siento mi orgasmo cada vez más cerca, tu cintura se mueve de izquierda a derecha con sensual cadencia, luego cambias el ritmo ahora subes y bajas con gran pujanza, (Qué gloria tan grande es tenerte en mis sueños!) combino tu cadencia con mis propios movimientos agregando una nueva variable a la unión de dos cuerpos, clamas en éxtasis: “Me vengo de nuevo “, aprietas tus músculos y te siento morir, veo como tus pezones se achican, tu boca se seca…nos estamos muriendo de placer, de placer infinito…me derramo en torrente dentro de ti y tú te vienes por segunda vez con chorros calientes que bañan mi miembro…desfalleciente te dejas caer sobre mi pecho, te abrazo en silencio…aún disfruto del éxtasis de haberme fundido en ti. Permanecemos así por varios minutos escuchando cómo nuestros latidos se confunden en uno solo, al cabo de un tiempo has vuelto a tu sueño……yo despierto en mi cama, mojado y contento. Si esto es en mis sueños, ¿qué sería si fuera cierto?
Renko
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