martes, 4 de diciembre de 2012

Cortejo en el mar




Cómo quisiera una sirena hallar;
hallarla dormida y toda varada;
ver su piel con recóndita mirada
sentado desde la orilla del mar.

Observarla hasta que me queme el día,
y, después de un desconcierto de calma,
tomarla con mis brazos, con mi alma,
con mi demasía, con mi manía.

Que al despertar, en silencio me mire,
que con una burbuja me suspire,
como si contemplara a su hombre pez.

Y, que al pretender entrar en su abismo,
me tentara de espuma y erotismo,
a la vez que mire su desnudez.


 Omer Correa



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