martes, 29 de mayo de 2012

Resaca


Eugenia se levantó asustada al descubrir a un extraño durmiendo junto a ella. No recordaba dónde lo había conocido ni quién era. Mientras se alejaba de la cama, notó que su cuerpo fallaba. Maldijo una y otra vez sus noches con copas infinitas. No podía caminar bien y le aterraba saber quién soñaba en su colchón. Imaginó que era un asesino, un bombero, un asesino, un abogado, un asesino... Pero terminó consolándose con la idea de que sólo se trataba de un romance nocturno. Le pediría que se fuera y más tarde vería cómo hacer que su cuerpo volviera a funcionar.
 
El terror regresó cuando abrió la puerta del baño y encontró a una extraña mujer. Corrió a su habitación e intento recuperar la calma y la memoria. Eugenia no recordaba nada de la noche pasada. Comenzó a golpearse la cabeza en un intento desesperado por recuperar algún vestigio de lo que había pasado. Pero sólo halló a unas arrugadas manos en su cara. Se horrorizó. Se preguntó a gritos de dónde habían salido. Intentó correr, pero sus piernas se negaban. Gritó.
 
A su miedo lo rompió una voz dulce: Vuelve, Eugenia. Conocía esa voz. Su esposo, el hombre que siempre dormía con ella desde hace cincuenta años. Eugenia regresó y recordó a la extraña mujer del baño. Acarició sus mejillas con sus arrugadas manos, sabiendo que volvería a irse.


Carlos Apreza
@gatohelecho
http://elensucajaesfeliz.wordpress.com/

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