Hay otros mundos
pero no me habitan. Los siento en cada paso que doy, como si hiciera eco en otro
lado, y hubiera otra igual a mí, en otro espejo igual a este, preguntándose los
mismos porqués y deseando las mismas respuestas irrefutables.
En uno, siempre
estoy a cinco minutos de encontrarme en vos y a cinco pasos de perderme en mí.
En otro, ya hice espacio para lo que está por llegar. El primer beso que te voy
a dar, las veces que me hagas temblar y todas las risas que juntemos. En aquél,
me encuentro cada vez que me pido, y me sé mejor si me escucho reír.
El problema es
que son mundos que no se tocan con la piel, que no se tienen más que en las
ganas, y que se creen sin crear.
Y no me habitan,
no. Soy yo la que
vive en ellos.
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