martes, 5 de junio de 2012

Y lloro, y me ahogo, y me despierto.



Todos los días muero en silencio porque te vas, porque no te veo. 
Todos los muertos me reciben entre ruido, porque eres estruendo. 
Y lloro, y me ahogo, y me despierto. 
Las sábanas aún recuerdan tu olor, ondean sus arrugas hacia tu cuerpo. 
Las mañanas son oscuras sin tus besos, cálidos, húmedos, llenos de incienso. 
Y lloro, y me ahogo, y me despierto. 
Porque el porqué eres tú cuando me lamento; entre humo, entre botellas, entre recuerdos. 
Porque tú fuiste mi será, mi fuimos, mi seremos; entre risas, entre miradas, entre tequieros. 
Y lloro, y me ahogo, y me despierto. 
Cuando un sueño es la realidad solo nos queda cerrar los ojos y soñar. 
Cuando hiciste de mi mundo la melodía de un piano y solo me quedó escuchar. 
Y lloro, y me ahogo, y me despierto. 
Deja que la mañana lleve tus restos al fondo de mi cerebro para que vuelvas a los sueños. 
Deja que la araña teja un muro lleno de lamentos. 
Y lloro, y me ahogo, y me despierto. 

Julio Muñoz

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